El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.
Pintadas con la frase ‘políticos inútiles’ en el polígono de Salinetas.
José Carlos Guerra
El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.
Socavones en el acceso a la GC-1 desde el polígono industrial de Salinetas
José Carlos Guerra
El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.
Socavones en el acceso a la GC-1 desde el polígono industrial de Salinetas
José Carlos Guerra
El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.
Socavones en el acceso a la GC-1 desde el polígono industrial de Salinetas
José Carlos Guerra
El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.
Socavones en el acceso a la GC-1 desde el polígono industrial de Salinetas
José Carlos Guerra
El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.
Socavones en el acceso a la GC-1 desde el polígono industrial de Salinetas
José Carlos Guerra
El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.
Socavones en el acceso a la GC-1 desde el polígono industrial de Salinetas
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El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.
Socavones en el acceso a la GC-1 desde el polígono industrial de Salinetas
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El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.
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El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.
Socavones en el acceso a la GC-1 desde el polígono industrial de Salinetas
José Carlos Guerra
El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.
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El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.
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El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.
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El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.
El mal estado del asfalto, o lo que queda de el, de los accesos al polígono industrial de Salinetas lucen pintadas de «vergüenza» y «políticos inútiles» ante una situación insostenible que sufren los cientos de trabajadores y visitantes del recinto. Son baches dignos de la caída de un meteorito, como el que se encuentra junto a la segunda rotonda del vial, justo detrás de una curva, o los que se encadenan en la calzada derecha de la primera recta, una sucesión de trampas que obliga a muchos usuarios a invadir el carril contrario con el consiguiente peligro.