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Andrés Cruz
Ver galería >Hay silencios que, con el paso del tiempo, terminan sonando como truenos. En Telde, ese eco volvió a retumbar este viernes por la noche con más fuerza que nunca, cuando el municipio se transformó en un gran escenario donde la memoria y la superstición se dieron la mano. Bajo la dirección del teldense Rubén Darío, una obra teatral rescató del olvido el primer crimen esotérico cometido en España, un suceso que tuvo lugar en el municipio en 1930 y que estremeció a quienes vivían entonces en la zona. Y lo hizo, precisamente, en la noche más simbólica, terrorífica y sangrienta del año, cuando la oscuridad parece traer de vuelta los fantasmas del pasado.
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Hay silencios que, con el paso del tiempo, terminan sonando como truenos. En Telde, ese eco volvió a retumbar este viernes por la noche con más fuerza que nunca, cuando el municipio se transformó en un gran escenario donde la memoria y la superstición se dieron la mano. Bajo la dirección del teldense Rubén Darío, una obra teatral rescató del olvido el primer crimen esotérico cometido en España, un suceso que tuvo lugar en el municipio en 1930 y que estremeció a quienes vivían entonces en la zona. Y lo hizo, precisamente, en la noche más simbólica, terrorífica y sangrienta del año, cuando la oscuridad parece traer de vuelta los fantasmas del pasado.
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