A las cuatro, el chiquillerío del colegio Norte invadía el parque infantil del la Plaza Churruca. Uno de los padres, Camilo Socorro, con un hijo de tres años, Ander, La medida no tenía sentido porque si ibas a centros comerciales y granes superficies estaban abarrotadas. No tenías a donde ir y al final era peor porque te acababas sentando en un banco y se aglomeraba más gente sin tener nada que hacer.
Parques infantiles de la ciudad tras su reapertura.
A las cuatro, el chiquillerío del colegio Norte invadía el parque infantil del la Plaza Churruca. Uno de los padres, Camilo Socorro, con un hijo de tres años, Ander, La medida no tenía sentido porque si ibas a centros comerciales y granes superficies estaban abarrotadas. No tenías a donde ir y al final era peor porque te acababas sentando en un banco y se aglomeraba más gente sin tener nada que hacer.
Parques infantiles de la ciudad tras su reapertura.
A las cuatro, el chiquillerío del colegio Norte invadía el parque infantil del la Plaza Churruca. Uno de los padres, Camilo Socorro, con un hijo de tres años, Ander, La medida no tenía sentido porque si ibas a centros comerciales y granes superficies estaban abarrotadas. No tenías a donde ir y al final era peor porque te acababas sentando en un banco y se aglomeraba más gente sin tener nada que hacer.
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A las cuatro, el chiquillerío del colegio Norte invadía el parque infantil del la Plaza Churruca. Uno de los padres, Camilo Socorro, con un hijo de tres años, Ander, La medida no tenía sentido porque si ibas a centros comerciales y granes superficies estaban abarrotadas. No tenías a donde ir y al final era peor porque te acababas sentando en un banco y se aglomeraba más gente sin tener nada que hacer.
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