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Andrés Cruz
Ver galería >Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
Andrés Cruz
Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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Sandy es una preciosa perrita del montón, sin pedigrí alguno, que fue rescatada en la Cumbre tras ser abandonada por sus dueños. Es un poco salvaje y se engrifa cuando alguien pretende tocarla, pero si le dejas que se tome su tiempo es un amor. Tiene ya 13 años, otro de los problemas que dificulta el que pueda convertirse en la compañía de un humano, pero seguro que si alguien la adopta le ofrecerá un amor incondicional de por vida, como sólo son capaces de hacer los perros, a diferencia de muchos humanos.
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