La OMS demanda más protección y apoyo social a la lactancia materna

Bajo el lema Cerrar la brecha: apoyo a la lactancia materna para todos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) conmemoran este año la Semana Mundial de la Lactancia Materna (que se prolonga desde el 1 al 7 de agosto), con el objetivo de impulsar la protección y el apoyo social a las madres que amamantan a sus hijos.

En concreto, marcan cuatro ejes basados en el apoyo al derecho de las mujeres a dar el pecho en cualquier momento y lugar, normalizando esta práctica frente a los estigmas sociales. Además, aboga por permisos de maternidad que contribuyan a la conciliación, que el sistema sanitario sea garantista y eliminar la publicidad de los sucedáneos de la leche materna.

Beatriz Álvarez, enfermera en el Hospital Materno-infantil de Gran Canaria y miembro del Comité de lactancia del complejo, trata diariamente con madres de recién nacidos que amamantan a sus bebés. "En cuanto sale del vientre materno, se da lo que se llama la hora dorada, en la que se coloca al bebé en el pecho inmediatamente desde que nace. Eso tiene beneficios enormes, tanto para la madre como para el bebé", narra.

Entre sus numerosas virtudes, Álvarez destaca que la lactancia contiene glóbulos blancos que ayudarán al bebé a prevenir enfermedades, genera anticuerpos y favorece el crecimiento de las bacterias intestinales que le ayuda a su sistema inmunitario. A su vez, para la madre contribuye a "prevenir la hemorragia posparto" o "reducir la depresión" tras dar a luz, puesto que "gana confianza al ver que puede darle a su bebé lo que necesita para sobrevivir. También reduce el riesgo del cáncer de mama y de ovarios o de diabetes. Y, a su vez, añade que da beneficios para toda la sociedad, ya que supone un ahorro de gasto sanitario y un impacto medioambiental menor, al no tener que generarse envases, por ejemplo.

Sin embargo, a pesar de estos benificios persisten ciertos estigmas sociales. "La población que no está acostumbrada a ver lactar, aún se sorprenden cuando ven a una madre sacarse un pecho en una cafetería para dar de comer a su hijo. Desde los colectivos implicados con la lactancia, intentamos visibilizar y concienciar. Y la Semana Mundial de la Lactancia Materna tiene relevancia para darle esa visibilidad", agrega Álvarez.

Pero también persisten las desigualdades sociales en el acceso al sistema sanitario para poder recibir el apoyo que necesario para amamantar de forma óptima o las dificultades para compaginar la alimentación del bebé con el trabajo. "Uno de los grandes inconvenientes que nuestro permiso de maternidad es de tres meses y medio y el periodo de lactancia exclusiva debe ser, mínimo, de seis meses. Mantener un trabajo con dar una lactancia materna exclusivamente, cuesta. Hay que facilitar de la forma que sea posible que las madres tengan su espacio para poder dar el pecho de forma distendida y tranquila, para poder darle los beneficios que le aporta la lactancia materna exclusiva aunque esté trabajando", defiende Álvarez.

Por otro lado, Álvarez recuerda que también la industria de preparados para lactantes ha contribuido a reducir la cultura del amamamiento natural. "Hemos vivido una era del biberón, con una industria farmacéutica muy potente. Se creía que lo que salía de un laboratorio era mejor que lo natural. Hemos ido a poco recuperando la lactancia materna y seguimos en la lucha de concienciar que lo mejor para un recién nacido es la leche materna", expone. En este sentido, reivindica que “todos tenemos un papel destacado en la cadena afectiva del apoyo a la lactancia. Si no vamos en la misma línea, al personal sanitario le cuesta más”.