Seis años de trabajo han llevado a los investigadores del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA) y de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) a descubrir que en Canarias existe una nueva raza autóctona: la cabra de costa majorera. Se trata de una revelación que determina el importante patrimonio genético animal que atesora la isla de Fuerteventura.

El comisionado de la costa de Betancuria, Vicente Hernández (Antigua, 1946 ), no podía ayer disimular su alegría "porque es el trabajo de muchos años, no sólo de los investigadores que han hecho una fenomenal labor, sino de los ganaderos de Betancuria. Esto es un triunfo de todos porque hemos sabido mantener intacta una raza ancestral y aislarla en nuestro territorio, lo que ha impedido cruces con otras razas".

La nueva raza canaria se encuentra localizada en la franja costera comprendida desde el Llano del Sombrero y el barranco del Junquillo, en la parroquia de Betancuria. "Es una raza heredada que se ha transmitido de padres a hijos, de generación en generación. Estas cabras proceden de los antiguos aborígenes, animales de tamaño pequeño, poco peso y de cabeza más corta", señala Hernández.

Los animales tienen como hábitat zonas inhóspitas y de gran aridez. Sobreviven en condiciones extremas. "En tiempos ruines se alimentan de ahulagas secas y ahora le echamos un poco de millo, pero es increíble cómo luchan por vivir en estas condiciones. Son animales adaptados a este medio y aquí han sobrevivido a través de los años". sentencia el comisionado.

Además, añade que "no son animales de leche sino de carne. Nosotros no vendemos las hembras sino que las dejamos para la reproducción, los machos sí los tratamos con los marchantes".

El alcalde de Betancuria, Marcelino Cerdeña, calificó por su parte de "buena noticia" los resultados de las investigaciones sobre la cabra de costa que habita en su municipio. "Los ganaderos son los protagonistas de haber conservado esta raza con la máxima pureza genética".