Cristóbal Calero Cabrera, concejal del Ayuntamiento de La Oliva por Nueva Fuerteventura-Nueva Canarias (NF-NC) se ha convertido desde el pasado jueves en un triste protagonista no por su labor en la oposición municipal sino por haber tenido la mala fortuna de atropellar con su vehículo a un grupo de jóvenes cuando participaban en la romería del Pino en el poblado de Majanicho.

Toba es un hombre vinculado al fútbol y a la historia del CD Corralejo donde desempeñó durante años el cargo de secretario general. También ha estado en la política de la mano del veterano político González Arroyo hasta que decidió las pasadas elecciones cambiar de partido. Hoy es un hombre derrumbado, desolado, ausente. Desde el accidente se encuentra sometido a un fuerte tratamiento médico para vencer no solo la ansiedad que le embarga, sino el insomnio que le provoca aquella trágica imagen de unos cuerpos esparcidos por el suelo quejándose de dolor. El mismo que le atrapó cuando descubrió que los jóvenes eran sus amigos.