El Obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, realizó ayer un llamamiento a las instituciones majoreras para volver a recuperar como día festivo de las fiestas la Virgen de La Peña, Patrona insular, el tercer sábado de septiembre, como se ha hecho tradicionalmente, a excepción de los dos últimos años en que el Cabildo de Fuerteventura y el Ayuntamiento de Betancuria han decidido que sea el viernes. Ayer fue el día principal de La Peña, aunque los actos religiosos no tuvieron la asistencia de feligreses de otras ediciones. Los vecinos sacaron en procesión la imagen de La Peña.

Cases, aclaró, que " yo no moveré esto, pero tendrá que pensarse, y aunque hay muchos intereses y muchas cosas, se tendrá que hablar entre todos". Además, agregó, que la fiesta de la Virgen de La Peña "ha sido históricamente el tercer sábado de septiembre y se ha hecho festivo el día que no lo es".

El Obispo de Canarias presidió la misa en la carpa instalada en las inmediaciones del santuario acompañado de 12 sacerdotes, entre ellos, el vicevicario general de la Diócesis de Canarias, Hipólito Cabrera. El Obispo, anunció, la sustitución de los sacerdotes Víctor Domínguez, en La Oliva, e Higinio Sánchez, en Antigua y Betancuria.

En su homilía Francisco Cases hizo mención a la cultura de la inestabilidad que se ha instaurado en la sociedad y aunque no mencionó a la clase política, señaló que " es un mensaje a la clase civil. Hay que ser más fieles y más firmes con lo que se ha asumido". Además, añadió, que esta situación " lo pagan los jóvenes en el mundo laboral. El trabajo es lo mas inestable que ellos pueden encontrar".

Tras la celebración de la eucaristía, oficiada en la carpa instalada en los aledaños del santuario de La Vega, donde se pudo observar numerosas sillas vacías, los vecinos transportaron la imagen de la Virgen por las calles adyacentes del templo acompañado de la música de la tierra de las agrupaciones del municipio de Betancuria. Fue la jornada de la autentica devoción. Personas mayores, principalmente, aunque también se pudo observar algunos jóvenes, se mostraban emocionados al paso de la imagen Patrona, aplaudiendo e incluso lanzándole flores en señal de respeto y admiración. Gustavo Martín, vecino de La Vega, señaló, que "la devoción por la Virgen sigue intacta. Saque la imagen de la iglesia como he hecho hace años y la emoción me embargó en todo momento. Esto hay que vivirlo". Y tras la procesión llegó la hora del sabroso puchero.