El festival Fuerteventura en Música bajó el telón en la madrugada del domingo tras dos jornadas intensas de color y mucho ritmo. La playa de La Concha, en el pueblo de El Cotillo, despidió un evento que se consolida en cada edición y que sigue sumando adeptos. Los organizadores cifran en unas 19.000 personas las que ocuparon la arena de la playa durante los dos días para seguir las evoluciones de los diferentes artistas.

El Cabildo de Fuerteventura fue el principal promotor del evento musical junto a diversas entidades colaboradoras como la Obra Social de la Caja de Canarias, Gobierno de Canarias y Ayuntamiento de La Oliva. Y a pesar de la situación económica que se atraviesa, los organizadores lograron reunir un cartel interesante y atractivo donde el mestizaje, la integración de culturas y el respeto al medio ambiente fueron sus pilares básicos.

La última jornada estuvo marcada por los sonidos de la tierra con la actuación del timplista majorero Althay Páez, todo un talento con el instrumento canario y que abrió el fuego ante un público entregado. Su propuesta musical Los jables del timple, creada específicamente para este festival, trascendió lo clásico y actualizó los acordes de leyendas del instrumento como son José Antonio Ramos, El Colorao y Benito Cabrera.

A medida que transcurría la noche, el público cada vez más enfervorecido por la contagiosa banda Krema Kawa, que descargó una gran vitalidad sobre el escenario, no paraba de bailar al ritmo de los instrumentos de viento y en especial con la interpretación de algunos temas de su álbum En tu casa.

Siguieron los españoles Marujita, el grupo liderado por la gaditana María Benítez y el barcelonés Josep Vilagut, con su folk refinado y a veces aflamencado. Fue un sonido que continúa la estela de las últimas tendencias del folk español, pero con tintes de rock progresivo, jazz y flamenco.

No hubo descanso durante toda la noche, ni siquiera tiempo para el aburrimiento. La puesta en escena del grupo madrileño Canteca de Macao volvió a encender la mecha del ritmo e inundar de emociones la fina arena de la playa. Sonidos mediterráneos con sus tintes latinos, flamencos, reggae y jazz que los hacen reconocibles en el panorama nacional.

La banda francesa La Plaze, una de las máximas referencias de música electrónica de directo, cerró una noche mágica con una actuación memorable que fue reconocida por el público.

Una de las novedades de este evento se localizó en el Festival de día que se desarrolló en las calles de El Cotillo. Hay música y vida más allá de la arena y del escenario de La Concha. El festival arrancó desde el mediodía del sábado con un encuentro de grupos majoreros en la plaza del pueblo y también el espectáculo circense y teatral a cargo de los artistas de Circundando. La iniciativa fue bien acogida por los vecinos y por los empresarios, ya que el evento sirvió para la dinamización de sus negocios.