El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera, presentó durante su intervención en el marco de la IV Asamblea de la Red de Gobiernos Locales + Biodiversidad, de la Federación Española de Municipios (FEMP), celebrada en Madrid, el futuro Parque Nacional de Zonas Áridas de Fuerteventura, cuya propuesta fue aprobada por el pleno del Cabildo en junio de este mismo año. También explicó las características de la Reserva de la Biosfera de Fuerteventura, creada por la UNESCO en 2009.

Cabrera definió ambas iniciativas como "herramientas de impulso económico para la isla, para diversificar nuestra oferta turística, para potenciar nuestras actividades económicas relacionadas con el medio".

La superficie propuesta para el Parque Nacional es de 17.800 hectáreas y se extiende entre Punta de Taca, Montaña de Mazacote, Morro Encantado y el campo de tiro de Pájara, quedando los núcleos urbanos fuera del área de protección. La zona a proteger se encuentra ubicada al oeste de la isla y afecta a cuatro municipios: La Oliva, Puerto del Rosario, Betancuria y Pájara.

El presidente del Cabildo majorero argumento ante la asamblea de la FEMP que el futuro Parque Nacional "se plantea para contribuir a conservar y divulgar los valores naturales, pero también para ponerlos en valor de cara a nuestros visitantes".

La institución insular ya remitió en su momento al Gobierno de Canarias la propuesta aprobada del citado espacio que a su vez debe ser elevado a la aprobación del Parlamento y será el Ministerio de Medio Ambiente quien decidirá en última instancia. Sin embargo, la propuesta majorera del Parque Nacional de Zonas Áridas debe competir con las intenciones de la Junta de Andalucía de un proyecto similar en Almería, aunque utilizan la denominación de Parque nacional de Subdesiertos.

El Parque Nacional de Fuerteventura se plantea para contribuir a conservar y divulgar los valores naturales que encierra la isla, siguiendo el hilo conductor de tres de sus singularidades principales. En primer lugar, el tratarse de un sistema insular, por ser una de las zonas desérticas y semidesérticas más grandes de Europa y en tercer lugar por las características de su costa, lo que lo convertiría en el principal enclave protegido de la costa de la Macaronesia.