El pueblo de Tuineje se convirtió ayer en un espacio escénico para la representación de la tradicional batalla de Tamasite, acto que forma parte del programa de fiestas en honor a San Miguel Arcángel y que en esta edición se conmemora los 272 años de la victoria de los majoreros sobre los piratas ingleses.

Los vecinos volvieron a convertirse en los auténticos protagonistas al transformarse en improvisados actores para dar a conocer un hecho histórico que ha marcado el devenir de Tuineje. Tan arraigado se encuentra este acto entre la población que vienen reivindicando desde hace años un Museo que recoja la historia de la batalla de Tamasite. Hasta el momento, solo existe la ubicación, la Casa de las Simonas, pero no la implicación de las instituciones públicas.

La representación se desarrolla en varios escenarios: Llano del Florido, donde se produce la batalla contra los corsarios británicos; Los Risquetes donde habían acudido las mujeres y los curas a esconderse, y la ermita donde los majoreros y los moros acudieron con los piratas detenidos para dar gracias a San Miguel por la victoria. Ayer, en cada uno de estos escenarios se revivieron aquellas escenas.

Uno de los momentos más emocionantes se produce con la llegada de las milicias majoreras, que portaban por primera vez la enseña de la corónela, al mando del teniente coronel Sánchez Umpierrez, encarnado por el joven Doramas Santana, a la entrada del pueblo. Allí, esperaban los curas, las mujeres y los niños. El presbítero José Antonio Cabrera, representado por el vecino Miguel Cabrera, le dice " aquí te entrego el bastón de mando que vos antes me confiaste. Llévalo con tanto honor como el valor con qué luchasteis".

Miguel Cabrera Cabrera ( Tuineje, 1956 ) es uno de los actores que cada año se enfunda el traje de cura para participar en la representación. Es el encargado junto a otros dos compañeros, Juan Camejo y Tito Cabrera, de encabezar la comitiva de mujeres y niños en su regreso al pueblo tras la derrota de los corsarios ingleses.

Más de una década lleva Cabrera enfundándose la sotana " nadie quería representar este papel porque con el traje hay que soportar el fuerte calor que hace en esta época. Entonces, yo me ofrecí voluntario". Además, añade, que " fui el primero en traer los camellos a la representación. Los iba a buscar a Los Arrabales o Giniginámar, eran de la familia de Saá, los únicos que habían por la zona Sur y que cada año los prestaban".

La vida de Miguel está ligada a los camellos, aquellos que usaron como escudos las milicias majoreras para defenderse de los piratas británicos " yo aparecí en las primeras postales turísticas de la isla con tres camellos de cabresto en la playa de Los Gorriones". También, apunta, que " intenté introducir los camellos en la isla, pero los políticos me hicieron la jugada".

El 'cura' también da un toque de atención a los organizadores de la romería de San Miguel " se les está escapando de las manos. Se ha convertido en un autentico botellón y ha desaparecido la devoción que teníamos los vecinos del pueblo. Si no toman medidas no solo puede ocurrir alguna desgracia sino que ira perdiendo el objetivo y el encanto con que fue creada".

Tras la conclusión de la representación, los vecinos sacaron en procesión la imagen de San Miguel por las principales calles del pueblo. Eso si, las mujeres con la tradicional mantilla canaria y los balcones decorados para la ocasión.