" Estamos en Fuerteventura por solidaridad gitana". Así se expresan al unísono el afamado bailaor Farruquito y el pianista Diego Amador, mientras pasean por una de las playas del casco urbano de Corralejo donde actuaron el jueves por la noche en el restaurante On the Beach, cuyos propietarios han diseñado un proyecto cultural donde el flamenco juega un papel fundamental. La actuación de Farruquito, uno de los mejores bailaores del mundo, y de Amador, el gitano que ha recorrido el mundo con su piano flamenco es una buena prueba de ello.

Juan Manuel Fernández Montoya ( Sevilla, 1982), conocido artísticamente por Farruquito, lleva en sus venas la sangre de artista y lo demuestra tanto dentro como fuera del tablao. Hijo de Juan Fernández el Moreno y de la bailadora Rosario Montoya la Farruca, ha logrado ganarse un prestigio internacional en el mundo del flamenco en el que comenzó con tan solo cuatro años.

Sobre la blanca arena de las playas majoreras no deja de pensar en su abuelo Farruco: "Es mi esencia, la fuerza que me empuja y quien me enseño a sentir el flamenco. Está presente de forma permanente en mi vida", afirma Farruquito, que se muestra sencillo y cercano a todas las personas que le reconocen y se acercan a pedirle una foto o un autógrafo.

Diego y Farruquito consideran que el flamenco podría ser una herramienta de cara al turismo "pero no lo usamos como tal, sino como una herramienta de disfrute personal, es arte y cultura que los gitanos hemos heredado de generación en generación. Lo hemos mamado desde que nacimos y hemos crecido con ese arte tan peculiar de nuestra raza tanto en el baile como en la guitarra".

Ambos artistas prometen volver a Fuerteventura donde les encantaría fusionar la música del timple con el flamenco, tanto del baile como del cante "eso sí, desde el máximo respeto a la libertad creadora de ambas culturas: la canaria y la gitana, pero sería interesante y bonito poder compartir espacio, pero siempre que se hace un trabajo de estas características hay que ser muy prudentes".

En Fuerteventura ya existen precedentes del encuentro entre el flamenco y el timple. Fue en el espectáculo de Anna Villacampa donde el Colorao y Toñín Corujo, dos maestros del instrumento canario, fusionaron una selección de sus últimas creaciones junto al guitarrista Diego Cortés.

Farruquito no quiere recodar el episodio de su vida cuando atropelló mortalmente en septiembre de 2003 a un hombre en Sevilla y por el que pasó dos años en la cárcel " de eso no voy ha hablar. Ese asunto ya caducó", señaló.

El bailaor sevillano se encuentra actualmente volcado en su nuevo espectáculo, Abolengo, donde busca rendir un homenaje a sus descendientes, como Farruco, su abuelo muerto en 1997, que ha asido su patriarca y fundador del clan: "El día 2 comienzo una gira por Sudamérica con Abolengo, luego iremos a Tokio, París, Madrid, Barcelona, Sevilla y numerosas ciudades más. Además trabajo en un proyecto bonito que es la grabación de varios audiovisuales de baile flamenco, así como unos documentales de clases a través de DVD para que la gente que no pueda dar cursos personales puedan hacerlo a través de las imágenes".

Diego Amador también prepara un proyecto donde participa la cantante sudafricana Tsidii Le Loka, que participó caracterizada de Rafiki en el musical El Rey León: "También participará una polifonía de cuatro voces sudafricanas, tanto de varones como mujeres, y un trío de jazz para mezclar las raíces antiguas del flamenco con la música africana".