En los lomos de Muchichafe, en las cercanías del pueblo de Tefia, ayer se volvió a recordar a los 13 paracaidistas legionarios que murieron durante las maniobras Maxorata 72. También a los 56 militares heridos en el ejercicio militar. Se conmemoraban los 41 años de aquella tragedia teñida de sangre y dolor. En esta ocasión, tampoco hubo lanzamiento de paracaidistas. El recorte presupuestario del Ministerio de Defensa no permite el desplazamiento de estas unidades para la citada efemérides.

A pesar del tiempo transcurrido las versiones sobre las causas del trágico siniestro siguen siendo contradictorias. El estamento militar mantiene que el accidente se produjo por la aparición de ra-chas de vientos huracanados cuando los paracaidistas ya estaban en el aire. Los vecinos y los testigos directos opinan lo contrario. De hecho, los militares se encar-garon de eliminar las imágenes grabadas por un equipo de TVE y por un fotógrafo militar para no dejar huellas.

El 11 de abril de 1972 se celebraban las citadas maniobras militares en Fuerteventura que concluyeron con un reguero de muertos y heridos esparcidos por la llanura pedregosas de La Laguna. Cinco aviones DC3 con 90 paracaidistas despegaron a primera hora de la mañana desde la Base Aérea de Gando rumbo a la isla majorera. Horas más tarde se consumió la tragedia, la más importante de las ocurridas en el territorio insular.

El acto estuvo presidido por el general jefe de la Brigada de Infantería Canarias XVI, Alfonso García-Vaquero Pradal. También asistieron la consejera insular Candelaria Umpiérrez, en representación del Cabildo de Fuerteventura, el alcalde de Puerto del Rosario, Marcial Morales, el director insular del Estado, José Medina, así como una amplia representación del estamento militar, entre ellos, varios miembros de la 1a Bandera Paracaidista Roger de Flor, que actualmente se aloja en la Base Príncipe, en el municipio de Paracuellos de Jarama ( Madrid), unidad a la que pertenecían los soldados fallecidos. También acudieron a la cita, como en cada edición, los miembros de la Asociación de Veteranos Paracaidistas de Canarias, que procedieron a depositar un ramo de flores en el monolito levantado en memoria de los militares muertos y recitaron la oración paracaidista.

Los vecinos de Tefía, los de Puerto del Rosario e incluso los médicos de la antigua clínica Virgen de la Peña, que por aquel entonces pertenecía al Instituto Social de la Marina (ISM) continúan recordando aquella sangrienta jornada, no en vano colaboraron intensamente para paliar el dolor intenso de aquellos militares.

Uno de los paracaidistas veteranos que ayer acudió al acto del homenaje quiso destacar el papel de los majoreros "se invitaron voluntariamente a donar sangre para los compañeros heridos. Fue un acto solidario que nunca olvidaremos".

Uno de los testigos de excepción fue el periodista Gerardo Jorge, que estaba informando para TVE desde el puesto de mando. Siempre recuerda que el capitán general Pérez de Lema le preguntó al comandante de la Brigada de Paracaidistas si no había demasiado viento para el lanzamiento de los paracaidistas. La respuesta fue contundente: "Mi general, mis hombres están preparados para morir".