Es uno de los vecinos ilustres del municipio de Antigua. Cantinero, sepulturero, juez de Paz y trabajador incansable. Juan Salvador Fránquiz Alberto ( La Antigua, 1948) es el pregonero elegido por el Ayuntamiento de Antigua para el arranque oficial de las fiestas patronales. Mañana es el día elegido para que Fránquiz acerque sus vivencias e historia del pueblo a los muchos vecinos que le acompañarán en este acontecimiento. Todo un lujo.

Juan Franquiz dio sus primeros pasos detrás de la barra del Bar Plaza, que abrió su padre en 1948 y que regenta el pregonero desde hace 45 años. Los clientes aseguran que en este establecimiento se come la mejor carne de cabra del mundo. No hay turista o visitante que no conozca el bar de Juan, cuyo éxito también se debe al papel de su mujer, Carmen Rodríguez, una experta en los fogones y con la que ha tenido cinco hijos: Nely, Juan José, Carmen, Víctor y Lorena. Además, tienen seis nietos y dos biznietos. " Es la mujer de mi vida. Le debo todo, es una gran mujer, mejor esposa y madre ejemplar", asegura Fránquiz, quien se deshace en elogios hacía su pareja.

El pregonero procede de una familia humilde conformada por Juan Fránquiz , ya fallecido, y Teresa Alberto. Tuvieron cinco hijos: Juan Victoriano, Teresa, Carmensa ( fallecida) y Domingo. Conoció la época del hambre y la miseria de la Fuerteventura profunda. " No teníamos con que endulzar la leche y lo hacíamos con unas pastillas de golosinas que comprábamos en la tienda de Candelarita de la Agua de Bueyes. No llovía y se pasaban muchas miserias", asegura Juan. Además, añade, que " tenía que ayudar a mis padres. Después de regresar de la escuela mi padre nos mandaba al pozo de Santo para guindar agua y llenar las pilas para que bebiera el ganado o cuando íbamos a la herrería de maestro Tomás Curbelo, a darle a la fragua para afilar las cuñas y las picaretas para trabajar la tierra. A cambio del trabajo de mi hermano Victoriano y el mío nos daban uno o dos kilos de higos pasados".

Juan recuerda de manrea especial su papel de monaguillo junto a sus amigos Ramón Peña o Pepito ' el del barbero'. " No queríamos que nadie se muriera, pero la única oportunidad que teníamos de que alguien nos diera 4 ó 5 pesetas para comprar suspiros a Rosarito, la madre de Listrito, era cuando había un entierro. Estuvimos comiendo suspiros durante una semana".

El pregonero reconoce que a pesar de sus 65 años es la primera vez que acudirá a las fiestas de su pueblo " durante todos estos años he estado ayudando a mis padres en el bar y posteriormente mi familia y yo hemos tenido que estar detrás de la barra para atender a todos los clientes que en esas fechas se acercan hasta nuestro establecimiento. Este año, ya jubilado, será diferente y espero compartir con mis amigos un rato agradable".

Las necesidades de la época hizo que Juan también se viera obligado a emigrar al Sahara como tantos majoreros. " En El Aaiún pasé siete años de mi vida trabajando en Cabeza de Playa descargando barcos de la compañía Trasmediterránea con los anfibios. Fue una época bonita ya que coincidimos varios jóvenes del pueblo".

Ramoncito

En el Bar Plaza destaca una fotografía del exalcalde de Antigua, Ramón Soto " que me regaló un buen amigo periodista de esta Isla. Ramoncito firmaba en el bar algunos papeles del Ayuntamiento e incluso recibía a mucha gente que iba al establecimiento para hablar con él. Fue un gran alcalde y un excelente amigo y vivimos muchas anécdotas y vivencias. Al bar lo llamaban por aquellos años 'La Moncloa', "afirma Juan Fránquiz.