Más de un centenar de tumbas blancas se hallan dispersas por los cementerios de Fuerteventura en las que sólo reza un número, una fecha y una cruz. Pertenecen a los inmigrantes africanos que murieron en busca de un sueño que nunca lograron alcanzar, la fecha del naufragio y el número en el que fue recuperado. En ellas no hay casi flores, son los olvidados en la sociedad, y ayer día de todos los santos nadie los velaba, salvo algunas personas solidarias que deciden ponerles un ramo porque están enterrados junto a algún familiar o porque conocen su historia. Ellos no tienen familiares ni amigos en Fuerteventura, el destino hizo que en aguas majoreras perdieran su vida y fueran recogidos y enterrados.

En el cementerio de Gran Tarajal (Tuineje) hay 66 nichos de inmigrantes, en Antigua se han contabilizado 44, en el camposanto de Puerto del Rosario son 15, en los dos del municipio de Pájara 18 (14 lápidas en Morro Jable y 4 en Pájara casco), y en La Oliva una decena de tumbas sin nombre recuerdan el drama de las pateras.

El Ayuntamiento de Antigua les puso ayer una corona de flores para recordarlos y el concejal del área de Pájara, Faustino Cabrera, aseguró que este año se han restaurado sus lápidas y se han colocado unos maceteros con plantas. En el resto de los ayuntamientos de Fuerteventura no se hace ningún recordatorio y en Tuineje había algunas flores para estos difuntos.

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