¿ Cómo valora sus 13 años al frente de la Comisaría de Policía de Puerto del Rosario ?

Muy positivamente. Han supuesto toda mi etapa de comisario y me han aportado una gran experiencia, tanto en el aspecto operativo como en el de gestión. Una Comisaría Local permite el desarrollo de todo tipo de actividades y servicios policiales y obliga a afrontar y resolver problemas de toda índole y constituye una excelente base de partida para el ejercicio de cualquier responsabilidad en otros puestos de superior nivel. Por otra parte, me ha permitido conocer una tierra impresionante y unas gentes que me han acogido como a uno más y me han hecho sentirme plenamente integrado.

¿Cómo encontró la comisaría a su llegada, en 2001?

Se trataba de un nuevo destino como consecuencia también de un ascenso. Yo provenía de la Jefatura Superior de Cataluña la cual contaba con una gran estructura de medios y de personal en el marco de una gran urbe y me encontré con una Comisaría Local de reducidas dimensiones y donde no sobraban ni los policías ni los recursos. No obstante el trato era cercano, conocía a todos por su nombre y éramos como una gran familia. Lo cierto es que no me costó adaptarme a esta nueva estructura y, entre todos, fuimos sacando adelante el trabajo, especialmente en el área de inmigración.

¿El fenómeno de la inmigración fue una de las etapas más conflictivas?

Más que conflictiva, fue complicada. Asistimos a un crecimiento exponencial de la llegada de inmigrantes mediante patera y eso obligó a responder mediante la creación y refuerzo de determinados servicios e incluso instalaciones no sólo para la tramitación de los expedientes administrativos sino también para la acogida, pues creó un CIE nuevo, alimentación, dotación de ropa, asistencia médica, etc. y todo ello, inicialmente, con escasos recursos y no siempre con la comprensión de la opinión pública. No obstante pudimos hacer frente al fenómeno de manera satisfactoria gracias a la profesionalidad de los policías, la colaboración de otros Cuerpos de Seguridad y de ONG e instituciones así como el apoyo de la Jefatura Superior, de la Comisaría General de Extranjería y de otros Servicios Centrales.

¿La colaboración con la Policía Local de Puerto ha sido constante?

Así es. La relación de la Policía Nacional con el resto de cuerpos policiales es excelente y en el caso de la Policía Local de Puerto del Rosario constituye uno de los valores a tener en cuenta en orden a la prevención en el ámbito de la seguridad ciudadana. Existe un fluido intercambio de información y cada uno dentro de sus competencias colabora para convertir la ciudad en un lugar más seguro.

¿Qué casos recuerda que le hayan marcado durante su estancia al frente de la Comisaría?

Pienso que no han existido grandes casos sino la labor callada del día a día. Por citar algunos, me vienen a la memoria las tragedias de la inmigración, como por ejemplo los ahogados de la isla de Lobos, y también algún homicidio que pudo resolverse con pron- titud.

También han existido algunos episodios en el CNP que provocaron la intervención de la Justicia. ¿Dañó la imagen de la Policía?

Cualquier actuación incorrecta de cualquier policía daña a la imagen de la Institución. Los policías estamos fundamentalmente para cumplir y hacer cumplir la ley y en consecuencia el incumplimiento de ese principio o de los códigos deontológicos mancha no sólo a quien lo hace sino a la organización a la que pertenece. La Policía dispone de servicios de investigación para el descubrimiento y denuncia de esos hechos, como así ha ocurrido en los episodios que menciona. Igualmente debe tenerse en cuenta la presunción de inocencia.