Unos 3.000 escolares procedentes de todos los municipios de la isla pudieron comprobar ayer no solo la labor que realizar los artesanos en la elaboración de sus productos sino su dedicación y entrega para que no desaparezcan los oficios tradicionales.

El recinto de la Feria Insular de Artesanía, que en esta edición está dedicada a la pesca, se convirtió ayer durante unas horas en el patio de recreo, no en vano los pequeños deambularon de un lado a otro buscando las explicaciones de los artesanos a su labor con la plata, el hilo, el cuero, la madera, el barro, la palma, el cristal o el calado. También preguntaron sobre el origen, el proceso de fabricación, la utilidad y las técnicas empleadas en la creación artesanal. Fue una clase practica con unos maestros de lujo.

La visita les permitió además conocer también el trabajo de la familia Hernández Hernández, natural de Pájara y Premio Insular de Artesanía 2014. En su estand aprendieron el proceso de elaboración de objetos de palma, desde cortarlas, secarlas, deshojarlas, abrirlas y humedecerlas hasta seleccionarlas. Y allí vieron a José Hernández, a sus hijas María Jesús y Ana y a dos de sus nietas, Victoria y Adriana, en plena faena, trenzando la empleita de donde salen objetos tan innovadores como adornos florales, marcadores de libros, lápices decorados con pequeñas escobas de palma y otros recuerdos en miniatura, como corbatas, camellitos y broches.

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