El empresario Álvaro Vizcaíno Albertos (Madrid, 1976), que fue rescatado el pasado día 9 tras permanecer herido durante 48 horas en Punta Paloma, en el entorno de Cofete, recibió ayer el alta médica tras permanecer ingresado durante seis días en el Hospital General Virgen de La Peña, en la capital majorera. Vizcaíno espera completar su periodo de recuperación "para volver de nuevo al mar y poder practicar mi deporte favorito: el surf".

Los facultativos de la 2a Unidad del Hospital majorero decidieron dar el alta a Vizcaíno tras evolucionar favorablemente de las heridas que sufrió tras caer por un acantilado, aunque deberá guardar reposo domiciliario durante tres semanas con el objetivo de recuperarse de la doble rotura de pelvis y de la herida en su mano derecha. "Me encuentro bastante bien, pero debo permanecer en reposo hasta que se suelde la fractura de pelvis. Inicialmente los médicos barajaron la intervención quirúrgica, pero finalmente debido a la evolución positiva la descartaron".

La historia de Álvaro Vizcaíno se remonta al día 7, cuando decidió desplazarse en su todoterreno Isuzu Trooper hasta el litoral de Barlovento para practicar surf. Tras dejar la tabla y su mochila en el suelo trató de buscar una zona para bajar hasta la marea. Sin embargo, el infortunio quiso que resbalara cuando caminaba por una zona de dunas de arenas duras y plagadas de moluscos petrificados deslizándose a una velocidad endiablada. A pesar de que intentó con las manos y los pies frenar su deslizamiento no lo logró y quedó colgado de un acantilado. Cuando le flaquearon las fuerzas cayó sobre las rocas. El impacto le provocó un fuerte golpe en la cadera, fractura de pelvis y heridas de diversa consideración.

Tras permanecer 48 horas en la playa de Punta Paloma y una vez que se aventuró a adentrarse en el mar a bordo de un bugui para llegar hasta una embarcación que estaba pescando en la zona, tuvo la suerte que los ocupantes, un policía portuario y dos funcionarios del Estado, oyeron los gritos y tras buscarlos unos 30 minutos lograron rescatarlo.

Las primeras palabras de Álvaro Vizcaíno tras salir del hospital fueron para sus rescatadores: "Les estoy infinitamente agradecido porque me salvaron la vida. Si no llegan a encontrarme no sé lo que hubiera sucedido, quizá no lo hubiera contado porque el dolor era infinito no solo por las heridas, sino por el escozor del agua salada y ya no me quedaban fuerzas para seguir encima del bugui".

Los encuentros entre Álvaro y sus rescatadores, Jorge A. H., Arán I. A. y Alberto P. C., se han sucedido durante su estancia en el hospital majorero. No solo han ido a visitarle y a interesarse por su estado de salud, sino para devolverle sus pertenencias. Entre ellos se ha generado una intensa amistad.

Carteles

Uno de los rescatadores, Alberto P. C., majorero y de familia pescadora, es un experto conocedor de la costa de Barlovento y de los peligros que encierra la mar del norte. Considera necesario la colocación de carteles informativos en la zona donde se alerte del peligro y que " se habilite y reponga la carretera que había hasta Punta Paloma para poder actuar con rapidez ante cualquier emergencia".

Los tres rescatadores han reiterado que el verdadero mérito del final feliz de esta accidente corresponde "a Álvaro, no es nuestro. Su afán de supervivencia, sus ganas de agarrarse a la vida a pesar de sus heridas son elementos que han jugado a su favor".