El cierre del Centro de Información para Trabajadores Extranjeros (CITE) de Fuerteventura en 2013 dejó en el limbo a unos 1.175 usuarios que aún acuden a sus puertas en busca de asesoramiento y la falta de recursos ha hecho que un grupo de personas creen "Entre Mares" una asociación que velará por las personas inmigrantes.

La crisis acabó a finales de 2013 con el CITE de Comisiones Obreras (CCOO) de Fuerteventura al tiempo que iban cerrando centros en otras islas, el último en Tenerife el pasado mes de mayo.

Desde entonces, en islas como Fuerteventura, Cruz Roja es el único recurso con el que cuentan las personas inmigrantes para recibir la información y asesoramiento que antes prestaba el CITE.

La técnico de inmigración, María Greco, lleva años trabajando con la población extranjera de Fuerteventura quien, en declaraciones a Efe, lamenta que el cierre del CITE haya dejado parada la atención continuada que ofrecían a personas desde hacía años así como los nuevos expedientes que se estaban tramitando.

Greco recuerda que los afectados por el cierre son "tanto población comunitaria como no comunitaria" que acudían a las oficinas del CITE en busca de asesoramiento e información.

Allí se daba información y asesoramiento en todo lo que tuviera que ver con la situación administrativa: solicitudes de arraigo, reagrupaciones o denegaciones de tarjeta.

Uno de los expedientes en los que trabajaba Greco y que ha quedado parado tras el cierre del CITE es el de Fulany Mesaud Embarc quien, tras ir a renovar el documento nacional de identidad la Policía en 2008, se percató de la existencia de otra persona con la misma filiación que él: mismo nombre, apellidos y la coincidencia en la fecha y lugar de nacimiento.

Desde el CITE también se daba asesoramiento a las asociaciones inmigrantes lo que ha permitido a esta experta en temas de inmigración seguir manteniendo relación con la población extranjera y que esta tenga su teléfono para cualquier consulta.

La trabajadora lamenta que en España se hayan descuidado del tema de la inmigración salvo lo que tiene que ver con los hundimientos y el tema de la valla, "se han olvidado de las personas que están y más en una comunidad como la canaria donde la población extranjera ha aumentado", añade.

Solo en el municipio majorero de La Oliva conviven 92 de las 193 nacionalidades que hay en el mundo, "la interculturalidad y la integración no son espontáneas hay que trabajarlas y eso no se está haciendo por parte de ninguna institución en Fuerteventura donde más de la mitad de la población es extranjera", critica Greco.

Trabajar a favor de la interculturalidad es uno de los pilares con los ha echado andar "Entre Mares", una asociación creada el pasado marzo por cinco personas de distinta procedencia: Marruecos, Senegal, Perú, Chile y España, "muy implicadas con todo lo que se cuece en Fuerteventura".

Greco aclara que la intención de "Entre Mares" es empezar a abrir un futuro inmediato para estas personas y ofrecer información en todo lo que tiene que ver en las relaciones del ciudadano con la administración, "trabajar con toda la población, pero con mayor incidencia en la extranjera".

Por delante y a la espera de que alguien ceda un local u ofrezca un alquiler barato, el equipo de "Entre Mares" se enfrenta a retos como el seguir luchando para que nadie se vea privado de la atención sanitaria o solucionar el limbo al que se enfrentan los menores inmigrantes extranjeros una vez cumplen la mayoría de edad y abandonan el centro de acogida.

Según explica otro miembro de "Entre Mares" Faissal Ellatifi un marroquí llegado a Canarias en 2005, se trata de "denunciar determinadas situaciones y hacerlas visibles". EFE