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Puerto del Rosario

Vacaciones de barro y pintura

El artista Silverio López crea una iniciativa enfocada a la naturaleza con actividades tradicionales

Vacaciones de barro y pintura

Un campamento diferente. Lejos de lo típico, juegos, excursiones, guerras de agua, se encuentra Territorio-imaginario, una nueva forma de ver los veranos. Esta iniciativa nace de la mano del artista Silverio López que, tras años queriendo incorporar clases de pintura y cerámica, se decidió a llevarlo a cabo junto a Virginia Hernández y Chano Díaz, responsables del proyecto socioeducativo La Furgoneta Fantástica, radicada en la isla de La Gomera.

Este campamento ludoteca, que acoge niños de entre cuatro y 12 años, se desarrolla en la Atalaya de la Rosa del Taro, a 13 kilómetros de Puerto del Rosario y este verano ha celebrado su segunda edición.Uno de sus objetivos primordiales, ser un espacio de juego y aprendizaje desde el respeto máximo a los intereses de cada uno.

"En Territorio-imaginario los niños aprenden a resolver conflictos en un espacio de asamblea en los que también tomamos decisiones consensuadas o elegimos y proponemos actividades nuevas. No existe la competitividad, los castigos o las recompensas y se trabajo desde un apartado emocional y sentimental", cuenta Chano.

"Es un modelo más libre en el que no hay tantas directrices. Intentamos que los niños entiendan que todo tiene un por qué", continúa el educador.

Entre las diferentes actividades que ofrece el campamento se desarrollan trabajos de pintura y de barro, juegos libres con cajas de cartón, con barro y otros materiales, un pequeño taller de cocina, de relajación, paseos, trabajos en la huerta y con animales como gallinas y cabras, en las que se intenta "que los jóvenes desarrollen su imaginación de un modo libre".

"Una de las peculiaridades de nuestro campamento es el desayuno compartido. Todo es de todos y es una escuela de convivencia, relaciones personales y de encontrarse a sí mismo", señala.

Las buenas sensaciones de aquellos que han participado, han servido a los encargados para querer volver el próximo año con fuerzas.

"Los niños proponen sus actividades y nos sorprenden porque no suelen solicitar las populares como manualidades o fútbol, sino que son más tradicionales o que ya conocen pero variantes mucho más imaginativas y creativas con materiales como cajas y telas", afirma Díaz.

"Algunos niños o sus padres y madres nos han preguntado si no tenemos planeado un fin de semana -el campamento es de lunes a viernes- hacer acampadas o algo así, porque son los propios jóvenes los que quieren realizarla", explica.

Los educadores insisten en que no es un campamento al uso en el que los padres dejan a sus hijos para que se entretengan durante horas, sino que de verdad los niños quieren ir "sobre todo cuando llevan unos días yendo y entienden la mecánica de trabajo", asegura.

La experiencia de familiares e hijos es catalogada por ambos como increíble. "Me enteré del campamento a través de un curso de educación creadora que imparten y decidí apuntar a los niños. Ellos están encantados", explica Ilenia Chacón, madre de Paula y Héctor.

Ilenia eligió este campamento "porque trabajan valores, no imponen normas y ellos son libres. Además, entran en contacto con la naturaleza y con el arte y desarrollan su imaginación con los materiales que les dan".

"Gracias por apuntarme a este campamento, mamá", cuenta Ilenia Chacón que le transmitió su hija uno de los dias al llegar a casa.

"Cuando se acabaron las dos semanas, mis hijos me preguntaron si podían volver. Eso hace que mi experiencia con este campamento sea más que positiva", concluye esta madre. Una manera diferente de planear el verano y la diversión para los más pequeños en un lugar inmejorable.

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