De noche y con alevosía. Unos vándalos causaron daños a la fachada de la vivienda unifamiliar del polifacético artista Carlos Calderón Yruegas, ubicada en la localidad turística de Corralejo.

Calderón, que también es propietario de una galería de arte en la localidad, y cuya vivienda es colindante con un hotel, ha venido detectando que desde el atardecer, la música suena estrepitosamente alta "en una galería abierta que da a la acera y cerrada por muro y paneles pintados de gris. Entiendo que hay una celebración y pese al alto volumen, no protesto, pensando que alguien se dará cuenta que se pasan de decibelios", señaló el artista. Sin embargo, añade, que "sobre las 22.45 horas, la música sigue igual de invasiva y recordando que en otra ocasión mi hijo no pudo dormir hasta las tres de la madrugada, decidir poner freno y cordura. Llamé a la policía local y solicité la presencia en el hotel para bajasen el volumen. A los cinco o seis minutos vi como una unidad se estacionaba en la zona y unos minutos más tarde cesó la música o se redujo el volumen. Me felicité por la eficacia policial y me dormí".

La sorpresa de Carlos Calderon y su familia fue mayúscula cuando descubrieron que a la mañana siguiente fachada había sido pintada. "Observé cómo todo el muro exterior que limita mi vivienda había sido grafiteado, mal grafiteado como muestran las fotos. Y en esa pintada, una frase que fue reveladora para mí sobre la autoría: "Higo puta".

A juicio del artista, "para un holandés, la g suena como j' española y curiosamente la dirección y el músico del mencionado hotel son holandeses".