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Un majorero en el taller de Ágatha

Israel Herrera realiza sus prácticas de estudiante de Moda en Madrid con la diseñadora Ruiz de la Prada

Un majorero en el taller de Ágatha

Los sueños, a veces se cumplen. Y si no que le pregunten a Israel Herrera Cabrera (Puerto del Rosario, 1992) que ha conseguido a pesar de su juventud lo que soñaba de niño: trabajar en un taller de moda y alta costura. Ese sueño se ha cumplido para el joven modisto majorero que ha sido seleccionado para realizar sus prácticas de empresa junto al equipo de la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, que ha sabido dar a la moda española un aire fresco y colorista y colocarla en el espacio internacional.

Desde que iba al Colegio del Sagrado Corazón, conocido popularmente como de las Monjas, en Puerto del Rosario, ya se despertaba en Israel el interés por la moda. No era el alumno con un perfil tradicional. Mientras otros compañeros daban patadas a la pelota o se entretenían con otros juegos en el patio del recreo, él pasaba el tiempo mirando revistas de peinados, vestidos y zapatos. "No podía ir vestido ni peinado como quería, porque estábamos en un colegio de monjas y la disciplina era estricta. Además, llevábamos uniforme y no podíamos acudir a clase con otra vestimenta distinta", señala el joven diseñador. Además, añade, que "siempre me gustó el mundo de la moda, sobre todo la parte del diseño, del dibujo, el primer paso para crear la colección".

Israel Herrera jugaba con ventaja porque en su familia había dos tías que eran costureras, María del Carmen e Inma. Ellas también influirían en el futuro profesional del joven. "Confeccionaban muchos trajes para la gente. Sin embargo, fue Inma, que además es mi madrina, quien más influyó. Me fijaba en su pequeño taller como dibujaba los patrones, diseñaba el vestido, cortaba la tela y cosía el vestido. La ayudaba en lo poco que podía. Ahí se despertó mi vocación por este apasionante mundo de la moda".

Comenzó estudiando Bachiller Artístico en Fuerteventura. "Entonces organicé varias pasarelas como proyectos de clase con materiales reciclados", comenta. Después, como la carrera de Moda aún no existía en España, se fue a Las Palmas de Gran Canaria a hacer un ciclo superior de Modelismo de Indumentaria, una formación cuyas prácticas le abrieron las puertas del taller del diseñador de Moda Cálida, Antonio Sangoo. Además, compaginó sus estudios "con un curso de personal shopper en la Escuela Canaria de Imagen y Moda y con un cursillo de maquillaje profesional, en Sagrario Pajares", siempre con afán de perfeccionarse dentro del mundo de la moda.

Tras concluir el curso en la capital grancanaria realizó otro ciclo superior de dos años en Santa Cruz de Tenerife, mientras acababa también un curso de Protocolo y trabajaba en diferentes comercios de moda.

Ahora su vida transcurre en Madrid donde realiza prácticas de empresa en el estudio de Ágatha Ruiz de la Prada, para complementar el grado de Diseño de Moda, que pertenece a los Estudios Artísticos Superiores de Moda, que se imparten en la Escuela Fernando Estévez, de Santa Cruz de Tenerife. Ya está en cuarto curso.

Su ingreso en la empresa de Ágatha Ruiz se produjo tras mandar su curriculum con una copia de sus diseños. "Envié una relación de los trabajos que había hecho, así como los diseños. Al cabo de unas semanas, me comunicaron que querían que me incorporara al equipo creativo. Imagínate la alegría porque es el sueño de cualquier estudiante de moda", explica.

Para el joven diseñador majorero, la oportunidad de trabajar y formarse en el equipo de Ruiz de la Prada era algo inimaginable. "Trabajar con un magnifico equipo de diseñadores de alta costura es el objetivo de todas las personas que quieren enfocar su profesión hacia el mundo de la moda", resalta.

En el taller de Ágatha Ruiz de la Prada, Israel Herrera está aprendiendo "todo lo relacionado con diseños a través de programas informáticos, confección de trajes, calzados o pruebas con las modelos". Y está encantado. "Es algo que me apasiona", reconoce.

Aspira a tener un futuro como profesional de la moda. Ya ha decidido el nombre de su marca. Será San Secundino. "En honor a mi segundo nombre", expone. De momento, su principal preocupación sigue siendo su formación para avanzar sus conocimientos en el mundo de la moda. Además, ha conseguido ser profeta en su tierra, ya que le han encargado un trabajo desde el Patronato de Fuerteventura. "Es para diseñar unos bañadores para promocionar la Isla", revela.

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