El Auditorio de Gran Tarajal se vistió de gala durante el homenaje en memoria de Adolfo Gana Paredes, fallecido hace un año. Sus amigos y compañeros quisieron recordarlo de la mejor forma: con música no en vano Adolfo era una autentico profesional de la percusión. Alternó la actividad musical con la docencia, dejando una trayectoria importante por sus métodos y capacidades para trasmitir una técnica.

En su Chile natal consolidó una importante trayectoria profesional como músico en la especialidad baterista y percusionista en las primeras orquestas y grupos de jazz de Santiago, así como también en países del entorno continental como Perú, Bolivia, Brasil y Argentina.

Llega a Gran Canaria en el Año 1984, participando desde ese momento en el movimiento musical de la ciudad y más concretamente en el ámbito jazzístico. Destacó sus participaciones en diferentes propuestas musicales que congregaba a muchos seguidores en el mítico Club de Jazz Cuasquías, entre otras salas, que empezaban a proliferar por el entorno de la capital grancanaria compartiendo proyectos con la mayoría de los primeros músicos de la ciudad, así como en los escenarios de las primeras ediciones de los Festivales de Jazz de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

En el año 1986, se establece definitivamente en Fuerteventura a raíz de un contrato laboral y comienza a conectar con los sectores culturales y musicales, llegando a fijar su residencia en el Gran Tarajal una vez reunidos con sus hijos y familia llegada de Chile. Adolfo empieza una labor de participación, dinamización y docencia que se fue traduciendo en la creación de talleres de percusión, creándose escuelas de sambas y grupos de percusión en la isla.

Sus amigos y compañeros, señalaron sobre el músico desaparecido, que residió en la localidad de Gran Tarajal durante muchos años, que " dejó una enorme estela de gratitud y cariño con su carácter sencillo y cordial, derrochando siempre un sentido del humor que lo ha hecho inconfundible y excepcional".

También destacó en la formación sureña Jazz Tarajal, de la cual fue cofundador en el año 1991. Sus componentes le tributaron un merecido concierto durante el homenaje en Gran Tarajal.

Adolfo se mantuvo en activo hasta un mes antes de su fallecimiento. "Todavía tenemos presente su música, su humor, su enorme calidad humana. Adolfo siempre estará con nosotros".