La actuación de Morodo & The Okoumé Lions, que congregó a unas 9.000 personas en la Playa de La Concha, respondió a las expectativas que había creado su primera visita a Fuerteventura con un concierto donde recorrió sus grandes éxitos y que reivindicó una vez más el poder de atracción de este género. Una noche en la que también destacaron los portugueses Kumpania Algazarra, con su acelerado balkan punk. Así se cerró una nueva edición de Fuerteventura en Música (FEM) en la que fue protagonista la música angoleña y como no, la local.

A pesar del mediocre perfil musical del cartel de FEM de este año con respecto a ediciones anteriores con figuras como Calle 13, Carlinhos Brown, Sargento García o Molotov, entre otros, logró concentrar en la fina arena de la playa de El Cotillo a unas 15.000 personas, según los organizadores, unas 6.000 el viernes y unas 9.000 el sábado. Dos noches de música diversa, alejada del mainstream y con clara vocación pedagógica, en la que además de ofrecer las propuestas de artistas ya consolidados, se hizo una apuesta por la producción local y por grupos emergentes o desconocidos para el gran público, como Locoplaya o Movits.

El Cabildo de Fuerteventura, a través de su consejería de Cultura, hizo de nuevo un gran esfuerzo presentando mejoras en las infraestructuras que hacen del FEM un festival único y diferente, tanto en el diseño de su escenario como en la prestación de los servicios audiovisuales y de producción, a la altura de los mejores del país. Un extraordinario diseño en el decorado de la carpa, juegos de luces y pantallas de led en el frontal del escenario, y el excelente sonido, obra de la empresa majorera Audiolux, formaron parte también de una oferta bendecida por público y por todos los grupos.

Con Kumpania Algazarra se desató la playa. Un concierto a pleno pulmón, con una sección de vientos furiosa, salvaje, que no dio tregua ni un segundo. Una propuesta con base en la música balcánica, que tanto gusta en este festival, y que levantó más polvo y arena que el temporal de viento del día anterior. No hubo tregua durante su actuación, ni para coger impulso.

Luego llegaría la hora del reggae, del puro, del mestizo, del que tanto gusta en Sudamérica y también, y mucho, en Canarias. Morodo & Okoumé Lions pisaban por primera vez Fuerteventura, y lo hacían con ganas de agradar, de dejar poso. Tras una presentación digna de un divo del soul, Morodo plantó sus reales en el escenario con su particular voz rajada y una banda consistente, con un bajista que marca la pauta y un teclista que suple con garantías la ausencia de vientos. Un concierto redondo, sin fisuras, en el que Morodo se entregó consciente de que era la apuesta principal de un festival que camina hacia los 15 años con una ruta clara.

También estuvieron sobre el escenario los grupos de rok: Kruger, lo veteranos músicos de Gran Tarajal ; The Sordos con su excelente guitarra solista, Alejandro Manzano y Totó ST , que ofreció un concierto plagado de diferentes paisajes sonoros. Cerró esta nueva edición de FEM el grupo Elenco De Paz a golpe de Kuduro, un ritmo tribal que los músicos contemporáneos angoleños han mezclado con gusto y eficacia.