Por fin llegó al lluvia a Fuerteventura. Los vecinos de la capital amanecieron ayer con chubascos y precipitaciones que inundaron la avenida marítima de Puerto del Rosario, y dejaron calles anegadas y entró en algunas viviendas terreras. La lluvia llegó por sorpresa y sobre las diez de la mañana cayó con intensidad en la capital hasta mediodía ocasionando los mayores problemas en la avenida marítima. Una cuadrilla de operarios municipales y trabajadores de la depuradora limpiaron la basura y aguas negras que inundaron la avenida marítima tras reventarse las alcantarillas.

El concejal de Servicios, Pueblos, Tráfico y Barrios del Ayuntamiento de Puerto del Rosario, Juan Jesús Gutiérrez Oramas, anunció que el agua provocó un tapón en el saneamiento como consecuencia de la acumulación de toallitas y salieron las aguas negras a la superficie.

"Hemos ejecutado importantes obras en la avenida para la canalización de aguas y evitar el atasco que se produce reiteradamente en este espacio cuando llueve pero en este caso estaban sucias y reventaron por la acumulación de toallitas húmedas que son un verdadero peligro en las estaciones depuradoras", explicó Gutiérrez. El edil aseguró que se habían preparado los barrancos y gavias, "y hemos colocado trastones y batidas de limpieza para evitar incidentes este otoño e invierno pero la acumulación de residuos ha causado daños en la red de saneamiento", agregó.

Fran Torres de Seguridad y Emergencias del Cabildo alertó de la suciedad en viales, rotondas y zona baja de la capital donde se concentra todo el agua.

Durante toda la mañana de ayer los trabajadores se afanaron en la limpieza del paseo de Los Pozos y coincidió con la salida de los turistas del crucero que hizo escala en el muelle de Puerto del Rosario, y ofreció un aspecto y un olor muy desagradable para los visitantes.

El agua también corrió por el Barranco Pilón de la capital y los voluntarios y trabajadores que confeccionan el Belén gigante tuvieron que salir de la zona para evitar ser arrastrados, aunque según comentaron los daños ocasionados en el mobiliario y decoración navideña "fueron mínimos".

Las terrazas de bares y cafeterías quedaron vacías y tocó intensificar la limpieza al arrastrar barro y mucha suciedad en las calles y exteriores de los establecimientos debido a la persistente sequía del año y calima de las últimas semanas. Muchos vecinos pasearon equipados por la capital con botas, paraguas y chubasqueros para disfrutar del cambio de clima en Fuerteventura.

"Para limpiar las calles y el ambiente en la capital se necesita más cantidad de agua y frío, y que se mantenga durante días", pedían ayer algunos comerciantes. Aunque las temperaturas mínimas fueron de 16 grados y llegaron a alcanzar los 24 grados de máxima.

Una estampa otoñal y festiva en los colegios con el agua como protagonista a la hora del recreo.

Durante toda la jornada el cielo permaneció nublado con intervalos de lluvia.