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Eduardo, el embajador majorero

El joven nadador acaba de participar en el campeonato del Mundo de Salvamento y Socorrismo, en Australia

El nadador Eduardo Blasco, con varias medallas conseguidas en una competición, posa en una piscina. LP/DLP

Fuerteventura tiene un embajador que pasea su nombre por todo el mundo. Y lo hace desde el agua. Su última promoción en el exterior se localiza en Australia hace escasos días. Se llama Eduardo Blasco Álvarez, que aunque nació en San Sebastián hace 24 años, con tan solo tres se mudó a residir en Puerto del Rosario, ciudad a donde se traslado entonces su familia y donde todavía residen sus padres y hermana.

Considerado como deportista de alto nivel por el Consejo Superior de Deportes, por la Federación Española de Salvamento y Socorrismo y deportista de alto rendimiento por el Consejo Superior de Deportes (CSD) y por la Federación Española de Actividades Subacuáticas, Blasco acaba de participar con la Selección Española en el campeonato del Mundo de esta modalidad, celebrado desde el pasado miércoles hasta ayer, en la ciudad de Adelaida, en Australia.

Tiene ante sus espaldas un impresionante palmarés. 35 Campeonatos de España, dos medallas de bronce en el Europeo y otras dos en el Mundial de Natación. También es campeón de Europa de Salvamento y Socorrismo. Sin embargo, en esta última cita mundial no logró subir al podio, aunque disputó cuatro finales compitiendo con los mejores del mundo.

Su historia con la piscina y el mar se remonta al cumplir dos años, que es cuando le enseñan a flotar. A los seis ya nada perfectamente. Estos precedentes le llevaron a competir desde muy temprana edad. Comienza a nadar en el club majorero del Herbania, aunque posteriormente compite con el equipo Las Excuevas, también de Fuerteventura. Con 11 años ya comienza a participar en campeonatos de natación. "Llevo toda mi vida compitiendo", afirma Blasco.

Entre sus fichas deportivas figura el haber pertenecido al Metropol y al club Agrupa de Tenerife. Posteriormente, se desplaza a la Península para estudiar Derecho y continúa vinculado a la natación.

Es a los 20 años cuando decide pasar de la natación al salvamento y socorrismo. Una disciplina desconocida en nuestro país que a pesar de no ser olímpica se disputa en los Juegos Mundiales cada cuatro años. "Observé que, aunque me convirtiese en olímpico, con la natación no tendría muchas posibilidades económicas. El cambio fue una buena decisión que volvería a tomar", confiesa el joven.

Esta modalidad deportiva consiste en emular la actividad profesional de rescate acuático cumpliendo unos tiempos y distancias concretas. Pero para este majorero, el salvamento tiene un significado mucho más profundo. "Es una forma de vida, vivo de ello, me entreno en ello y además supone estar en contacto con el agua y el mar, mi pasión", confiesa.

Edu Blasco ha sido medallista estatal 45 veces en la máxima categoría, 35 campeón de España, en tres ocasiones medallista europeo y dos veces medallista mundial con la selección española.

Este deportista de élite acudió al Campeonato del Mundo Absoluto de Salvamento y Socorrismo que acaba de finalizar en la ciudad australiana de Adelaida. Participó en las modalidades de 100 metros combinada y los 50 metros de remolque de maniquí. "Es la primera vez que competía tan lejos, con el cambio horario que esto supone. Por eso tuve que entrenarme en horas diferentes y le doy mucha importancia al descanso", insiste Blasco. La edición mundial de este año reunió a nadadores de 40 países.

Blasco compite en piscina pero como buen isleño se defiende perfectamente en el mar. "A los 17 años tuve que salir de la Isla y comencé a entrenar en lugares más propicios para el nado en piscina por eso he continuado por esa rama".

Actualmente Edu compite con el Club Noja en España y con el Biarritz en Francia. "Fuerteventura no es un lugar propicio para practicar este deporte no por falta de buen clima o espacio, sino por la ausencia de infraestructuras. La piscina municipal de la capital lleva años cerrada", explica Blasco. "Además la inversión y apoyo de las instituciones no es suficiente. Parece que este año lo van a tener un poco más en cuenta", agrega.

A pesar de estos inconvenientes la Isla es el refugio del deportista que aprovecha cada oportunidad para visitar a su familia. "Cuando vuelvo a casa suelo descansar, ver a mi gente y no pensar tanto en los campeonatos. Fuerteventura es recuperación y paz", subraya el joven.

Cada competición supone un reto y una oportunidad nueva de demostrar el trabajo diario. Edu se gana la vida con este deporte pero también dedica su tiempo a la formación académica. "Estudio derecho por mi abuelo paterno, me gusta y además creo que es fundamental que los deportistas estemos preparados a nivel intelectual", indica Blasco.

El medallista tiene claro sus objetivos. Entre ellos, dar a conocer su disciplina deportiva. "Mi sueño es ser la primera persona conocida en salvamento y socorrismo y quizá algún día poder mejorar las cosas desde arriba. Considero que este deporte podría ser uno de los grandes, seguiré luchando por su reconocimiento", insiste Blasco. Además, reconoce, que "no sé dónde estaré dentro de unos años pero espero seguir evolucionando. Creo que siempre hay que superarse y cambiar constantemente ", concluye.

El sueño de ganar en Francia

El sueño más inmediato es ganar el campeonato de Francia con su nuevo equipo El Biarritz " esta es ahora mi meta. También revalidar el título de campeón de la Europa Cup y ser nuevamente seleccionado para los campeonato de Europa de Salvamento y Socorrismo y para el campeonato europeo de Actividades Subacuaticas", apuntó el nadador.

Respecto a su experiencia en el campeonato de Australia, comenta que " en los 50 metros he dado un salto de calidad, he llegado el primero al maniquí y lo he sacado en cabeza, donde me esperaba mi fuerte, el remolque".

Sin embargo, con tristeza, reconoce Eduardo Blasco que "una vez mas se me escapa un premio en un Mundial, la medalla que me falta, el maniquí se me escurre y pierdo la carrera. Con mi tiempo de la preliminar hubiera sido medallista, pero eso ya no vale". También, añade, que "minutos más tarde en el relevo, fracasamos en nuestro intento de alcanzar el metal, quedando terceros y siendo descalificados. Hemos peleado contra los rivales, contra las condiciones y contra el cansancio. A pesar de todo, estoy orgullo de pertenecer al equipo de España"

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