El Cabildo de Fuerteventura, a través de su vicepresidente y consejero de Turismo, lamentó ayer la situación vivida por los pasajeros del crucero 'Balmoral' que debió permanecer el pasado fin de semana en el muelle de Gran Tarajal unas 22 horas después de la hora de partida por falta de un remolcador y ante las dificultades que suponía las maniobras de desatraque. Puertos Canarios, entidad que gestiona el citado puerto autonómico, defendió las condiciones de la citada infraestructura portuaria y aseguró que el atraque del buque fue autorizado por Capitanía Marítima. El Ayuntamiento de Tuineje también criticó que la operación de amarrado del buque no se realizó en condiciones optimas.

El vicepresidente y consejero de Turismo de la institución insular, Blas Acosta, señaló con respecto a los cruceros que llegan al muelle sureño que "siempre son una buena noticia pero nunca hay una segunda oportunidad para la primera impresión. Es lamentable lo que ha ocurrido o se ponen los técnicos y políticos comprometidos con el puerto de Gran Tarajal o seguiremos siendo noticia lamentables por ineficaces".

El citado crucero que pertenece a la naviera Fred Olsen Cruise, llegó al muelle majorero con más de un millar de turistas a bordo y unos 560 tripulantes, a primera hora del pasado domingo, teniendo su hora de partida sobre las 14.00 horas. Sin embargo, las dificultades para salir del puerto obligaron al capitán, después de intentarlo, a suspender la maniobra y demandar la presencia de un remolcador.

Fuentes de Puertos Canarios aseguraron a este periódico que el retraso en la salida del buque se debió al varios cambios en la hora de partida y a las condiciones meteorológicas en el puerto de destino, Agadir. Además, no contaban con el remolcador que se encontraba realizando labores en el muelle de Puerto del Rosario. "Capitanía Marítima no autorizaba las labores de desatraque en horario nocturno", señalan las mismas fuentes.

El crucero 'Balmoral' tiene una eslora de 218 metros y 28.20 metros de manga. Unas características que a juicio de profesionales portuarios "no son aptas para atracar en un muelle cuya linea de atraque son 175 metros y la bocana apenas llega a 140 metros si descontamos los 20 ó 30 de la escollera". Además, añadieron, que "operar con este barco en estas condiciones es muy difícil porque tiene una maniobralidad muy lenta y no puede dar avante con mucha fuerza sino de forma progresiva y esto dificulta la operaciones. Además, la monoboya quedo abarlobada a la popa por lo que los cabos tienen poca eficacia".

El gerente del Patronato de Turismo, Moisés Jorge, lamentó lo sucedido con el buque "lo sentimos por los pasajeros y por la compañía pero sobretodo por el pueblo de Gran Tarajal que se merece un puerto con servicios e instalaciones acorde a su categoría".

Por su parte, Antonio Hormiga, presidente de la patronal turística, señaló que "no se puede poner en peligro ni a los turistas ni al buque por motivos políticos".