La llegada del crucero Balmoral, de la naviera Fred. Olsen Cruise, al muelle majorero de Gran Tarajal el pasado domingo supuso un contraste entre la alegría de los vecinos por la arribada de un buque de estas características después de cinco años, con la decepción y el malestar porque la embarcación tuvo que pernoctar ante la falta de seguridad del muelle para las operaciones de desatraque. Un total de 22 horas tuvo que permanecer el crucero en el puerto majorero hasta la llegada de un remolcador que garantizara su salida del muelle.

El Ayuntamiento de Tuineje reclama la ampliación del puerto y la apertura de una ventana al LIC marino para evitar la mala imagen que se ha originado con la visita del Balmoral y proyectar el municipio sureño como destino de cruceros. Además, el alcalde Sergio Lloret ha denunciado que el amarrado al muelle "no se realizó en las condiciones óptimas, quedando parte del barco fuera del dique".

El muelle majorero de Gran Tarajal fue noticia a finales del pasado febrero cuando por los efectos del temporal Emma se hundieron en la dársena unas diez pontonas o gabarras de obras que ocasionaron un desastre ecológico. Nueve meses después de la catástrofe marina y ambiental, Puertos Canarios dio por terminado el pasado 22 de noviembre los trabajos de recuperación del puerto con el sexto traslado de chatarra hasta Gran Canaria.

El buque Balmoral llegó a Gran Tarajal a las 7.00 horas del pasado domingo y debía partir a las 14.00 horas del mismo día. Tiene unas dimensiones de 218 metros de eslora y 28,20 metros de manga. Debido a su eslora, parte del buque quedó fuera de la línea de atraque e incluso con problemas a la hora del amarre a una boya colocada a la popa. Asimismo, la embarcación, que alberga un total de 68 suites, tenía a bordo a unos 1.000 pasajeros y 560 tripulantes, que se vieron obligados a pasar la noche en el muelle majorero "dado que el capitán no veía factible la operación de salida ni la seguridad suficiente para realizar la operación de desatraque", según señalaron a este periódico fuentes municipales.

Ante la falta de seguridad que ofrecía el puerto majorero, cuya gestión es competencia de Puertos Canarios, el capitán de la embarcación solicitó la presencia de un remolcador para poder llevar a cabo la operación de salida y reducir cualquier tipo de riesgos. La llegada del remolcador procedente de Puerto del Rosario, así como de un práctico, posibilitó que el Balmoral pudiera salir de la bocana del puerto después de media mañana tras haber permanecido 22 horas más de lo previsto en aguas majoreras.

El alcalde de Tuineje lamentó este nuevo episodio. Aunque apuesta por la llegada de cruceros, considera que lo ocurrido con el Balmoral no se puede valorar positivamente y que "se trata de una circunstancia mala para nuestro puerto y para nuestro municipio". Además, añadió que "por tal motivo, el grupo de gobierno en el Ayuntamiento de Tuineje reivindicará ante el Gobierno de Canarias las obras necesarias para ampliar el puerto de Gran Tarajal y que no se limite a los barcos de cruceros de pequeñas dimensiones o grandes veleros".

En opinión de Lloret, el muelle de Gran Tarajal "tiene que ser un puerto de referencia para el turismo de cruceros, de todos los que operan por Canarias y, para eso, es necesario que el Gobierno de Canarias haga su trabajo". Tras el accidente de las gabarras ocurrido en febrero, el Ejecutivo regional asumió el compromiso de trabajar en favor de la ampliación del puerto de Gran Tarajal, además de mejorar su abrigo en caso de temporales de tiempo sur y ampliar su calado.

El regidor entiende que "esas obras son urgentes para el puerto" porque el propio capitán del Balmoral le trasladó que con algo más de viento del que se registró en la mañana del pasado domingo no podría haber atracado. A su vez, aseguró que "el calado estaba justísimo y tenía muy poco margen".

Más contundente fue Lloret al asegurar que, "por la falta de calado del puerto y la eslora del buque, el amarrado al muelle no se realizó en las condiciones óptimas".