El pueblo de Tindaya ha dado la espalda al Museo de la Casa Alta de Tindaya, que ha estado cerrado al público, al considerar que este inmueble no recoge ningún aspecto de las costumbres, tradiciones del pueblo, ni de las leyendas de brujas que rodean a la Montaña sagrada, ni refleja su idiosincracia.

Algunos residentes reconocen que nunca han entrado a ver su interior, a pesar de ser un museo, y otros aseguran que nunca lo visitan ni lo enseñan a amigos o familiares porque no representa la historia de Tindaya, y se ha convertido en un centro de visitantes del proyecto artístico que ideó el escultor vasco Eduardo Chillida para la Montaña de Tindaya. "Es un museo casi promocional de la obra del artista foráneo, y consideramos que la Casa Alta, del siglo XVII tiene una historia propia" apuntan algunos residentes. Se trata de una planta de casa tradicional majorera, de gran tamaño, y se debería contar a quién perteneció, cuáles fueron sus usos y cómo terminó en una ruina durante casi medio siglo" explican.

Historia de la vivienda

Para la mayoría de los vecinos la adquisición de la Casa Alta de Tindaya por parte del Cabildo de Fuerteventura supuso una gran alegría al significar una apuesta interesante por la conservación de la arquitectura majorera, y de una casa tradicional campesina.

Además, convertirla en un museo era un sueño para los majoreros. Sin embargo, en su inauguración en marzo de 2015 ya se descubrió que el inmueble tenía la finalidad de ser un centro divulgativo de la obra de Chillida en la Montaña de Tindaya. También se exponen, en su sala principal, varios podomorfos, desprendidos del importante yacimiento arqueológico de Tindaya, y que custodia del Cabildo Insular.

"Se puede dejar una parte para explicar la obra de Chillida en la Montaña pero el Museo de la Casa Alta debería ser mucho más que eso, tiene dos plantas y suficiente tamaño para mostrar su historia, fotos antiguas del inmueble, su restauración, unida a las leyendas de brujas, y tradiciones de este pueblo, con una descripción de todo el entorno y su paisaje natural" piden los vecinos. Una Casa Alta que se halla "bastante desaprovechada", afirman, y que podría albergar "exposiciones de arte local en su patio e interior ante la falta de salas".