Lobos, la isla más chica de Canarias, puede ser el único islote del mundo que sólo tiene un habitante. Mientras el padrón municipal del Ayuntamiento de La Oliva, municipio al que pertenece la pequeña isla, recoge que el pasado año estaban censados 25.884 habitantes, en el diminuto territorio sólo figura una vecina: María Jesús Hernández Armas, nacida el 21 de agosto de 1948. Maruca, como cariñosamente la conocen los vecinos de Corralejo, es hija del afamado personaje de Lobos, Antonio Hernández Páez, Antoñito el Farero.
Maruca, a sus 70 años, es un ejemplo de compromiso social. Activista destacada del Colectivo de Afectados del Casco Viejo de Corralejo, bregó junto a vecinos y compañeros, para defender el derecho de los legítimos dueños de más de un centenar de viviendas, la mayor parte heredada de sus antepasados y algunas datan de 1865, y que una trama inmobiliaria liderada por empresarios especuladores, pretendió arrebatarselas. También durante muchos años fue trabajadora del Ayuntamiento de La Oliva, dedicada al sector servicios de los colegios municipales.
En su afán de defender los derechos históricos de su pueblo Corralejo, que aunque nació en tierras conejeras, concretamente en Teguise, a los pocos días ya residía en Lobos junto a sus padres, Antonio y Juana, así como con sus hermanos, Maruca fue una del centenar de vecinos que a principios de marzo de 2009 se desplazaron hasta la capital grancanaria para interponer una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción contra la trama urbanística empresarial orquestada para apropiarse de sus casas.
Allí, delante de la Audiencia Provincial se colocó, junto al resto de vecinos, aunque siempre en un segundo plano porque evita el protagonismo, con una pancarta con el lema "La razón de un pueblo: las casas del caso viejo de Corralejo son nuestras" .
Todavía queda en la memoria de aquellos vecinos desplazados hasta Gran Canaria en un avión fletado para la ocasión, algunos de ellos ya fallecidos, la lectura del manifiesto a cargo de Rafael Franquiz, que concluía con la frase: "No hay dinero que compre nuestra memoria y nada vale tanto como nuestra dignidad ".
Maruca contrajo matrimonio con Juan Trujillo, ya fallecido, con el que conformó una familia. Sus hijos Juan Jesús, Javier y Enma siguen vinculados con Lobos, como históricamente lo hicieron sus abuelos y el resto de la familia. A pesar de su delicado estado de salud, sigue siendo aquella mujer solidaria y comprometida.
La vinculación de Corralejo con Lobos ha sido siempre total desde tiempos inmemorables. El pequeño islote es el cordón umbilical que une a los pescadores de Corralejo con el diminuto territorio de tan solo 4.5 kilómetros cuadrados. "Por eso existe el Poblado de "El Puertito" simultáneamente al de Corralejo", apunta Tinín Martínez, presidente de la Asociación Poblado de las Chozas de Lobos.
La historia de Lobos está estrechamente atrapada a sus personajes, unos conexionados con la cultura, caso de Josefina Plá, Juan Antonio Rial, Francisco Navarro, José María Hernández Rubio o Ignacio Romero. Sin embargo, los auténticos personajes son los pescadores de Corralejo. De ahí que los apellidos de los actuales dueños de las chozas de Lobos sean los mismos de Corralejo antiguo: Umpiérrez, Morera, De León, Calero, González, Martín, Carballo, Estévez, Hierro, Figueroa, Hernández, Perdomo, Trujillo y Santana.
Uno de los personajes más populares de Lobos lo representa 'Antoñito El Farero' (La Graciosa,1913/ Corralejo, 1999). Llegó al islote en el año 1936 como ordenanza del faro. Con anterioridad había desempeñado dicha labor profesional en los faros de Alegranza y Pechiguera. En la torre del faro de Martiño de donde trabajó hasta 1968, fecha en que se produce la automatización de la torre. Sin embargo, continúo vinculado al pequeño islote hasta su muerte.
Contrajo matrimonio con la lanzaroteña Juana Armas Alvarez con la que tuvo nueve hijos: Antonia, Carmen, Nieves, Tomasa, Maruca, Marcial, Pilar, Andrés y Juan. Este último falleció a los 22 años tras regresar de realizar el servicio militar en Guinea Ecuatorial. Dos de los hijos, Carmen y Andrés, nacieron en la isla de Lobos.
Hay muchos personajes populares en la historia viva del pequeño islote que sería casi imposible de reproducir. Uno de ellos, fue José Morera Morales, conocido como Pepe 'El Marino', fallecido en 2013. Se casó con Tomasa, una de las hijas de 'Antoñito El Farero'. Sus padres fueron medianeros de Lobos donde se ocupaban de las labores de mantenimiento de las salinas, el ganado y las plantaciones de los dueños de la isla, aunque su afición favorita era la pesca.
De su matrimonio con Tomasa tuvo ocho hijos: Pilar, José Marcial, Juana, Andrés, Noelia, Ogadenia, Rita y Auxi. Tomasa, aun recuerda aquella vida en el pequeño islote. "Era una vida tranquila. Lobos respiraba vida. No faltaba nada, ni pescado o marisco ni los productos de la tierra porque allí se cultivaba de todo. Había ganado, desde cabras a cochinos. Mi suegro Marcial Morera Calero ya fue medianero. Me casé con Pepe en Corralejo pero celebré la Boda en Lobos. Si 'El Marino' levantara la cabeza y viera lo que está ocurriendo con la Isleta volvería a cerrar los ojos. Qué injusticia que quieran ponernos un candado en nuestras casas, en donde hemos disfrutado de nuestra infancia.... No entiendo nada de lo que está pasando".
Otro vecino que dejó huella fue Vitorino Carballo. Allí crió a sus diez hijos y nació uno de ellos, Juan, que hoy tiene 71 años. Se caso en doble nupcias. Primero con Carmen Estevez y luego con Isabel Santana. De ambos matrimonios tuvo diez hijos, que continúan vinculado al Islote, entre ellos, Pedro, que permanece en la pequeña isla hasta nueve meses al año.
Los vecinos de Corralejo se manifestarán hoy en rechazo al control en el acceso impuesto por el Cabildo de Fuerteventura. Ellos siguen pensando: "Lobos es de todos".
