Manuel García Torres, conocido popularmente como 'Manolín el de las Salinas', es un vecino ilustre de este barrio del municipio de Antigua. Es propietario del Bar 'Los Caracolitos', situado a pie de playa y con unas vistas privilegiadas a la caleta que encierra la pequeña playa. Desde su terraza otea el horizonte y controla todos los movimientos que se producen en el mar.
El 28 de agosto de 1994 es una fecha que tiene grabada en su memoria. Aquel día, aunque era domingo, se encontraba en su establecimiento ayudando a su mujer Aurora a atender a los clientes que habían en la terraza. De repente, observa como una pequeña embarcación pone rumbo hacia la playa. "Era al mediodía, entorno a la una de la tarde porque me encontraba en el bar atendiendo a unos clientes. Al mirar hacia el horizonte veo que una lancha de madera se dirige a nuestro pueblo", señaló. Además, añadió, que "al principio no me llamó la atención, pero a medida que se acercaba me sorprendió el modelo que no era común entre los pescadores majoreros y la velocidad a la que navegaba, con un motor de poca potencia. Además, a marea vacia es difícil varar en tierra".
Otros vecinos como Manolín también fueron sorprendido por la presencia de la lancha. "Llegaron al muellito donde se embarcaba antes la sal, lanzaron el rosón y saltaron a tierra. Eran dos chicos con turbantes. Salieron caminando sin problema".
La inmigración también ha marcado la vida de Manolín. "Viví en directo dos naufragios a las puertas del restaurante. Había media marea y llegó la patera con mucha gente. Una ola la tocó y volcó. Se ahogaron un padre y un hijo que no sabían nadar". También, recuerda "cuando tuve que sacar muerto del fondo del mar a un chico de unos 18 años. Estaba agarrado a una piedra en el fondo, me costó izarlo a la superficie. Me dio mucha pena"