El repunte de la inmigración irregular en las costas majoreras viene generando una enorme preocupación en los poderes públicos ante la falta de recursos para acoger a las personas que llegan a bordo de pateras. La falta de recursos posibilita que la Policía se vea obligada a poner en libertad a los africanos ante la ausencia de un centro de internamiento. El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Blas Acosta, ha venido reclamando de forma insistente la urgente reapertura del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de El Matorral.

Fuerteventura vivió el martes un episodio que recordó la masiva afluencia de pateras de principios del año 2000. Hasta tres embarcaciones partieron desde la costa marroquí rumbo a la isla majorera. Sólo dos lograron su propósito con 98 pasajeros, mientras que otra tuvo que ser rescatada por la Gendarmería de Marruecos a pocas millas de El Aaiún cuando habían pedido auxilio por empezar a hundirse.

Las posibilidades de Fuerteventura para acoger a tantos inmigrantes son escasas. Cruz Roja y Misión Cristiana Moderna se multiplican para poder atender a estas personas. El primero en el Albergue de Tefía donde acoge a más de un centenar de inmigrantes, mientras que el segundo no sólo tiene repleto sus dos albergues sino que se ha visto obligado a desalojar algunas de sus instalaciones para poder acoger a los africanos.

El presidente insular, Blas Acosta, reconoció, ayer que esta situación del repunte de la inmigración irregular "la venimos advirtiendo a Delegación del Gobierno y a los ministerios de Interior y Trabajo, este último encargado de mandatar a Cruz Roja para prestar el servicio de asistencia a estas personas". Además, añadió, que " tenemos que agradecer a Cruz Roja, que tiene convenio con el Estado y cobra por ello, y a la Misión Cristiana, que no cobra y lo hace altruistamente, su dedicación para atender a todas estas personas".