Los dos individuos que robaron en el Centro Cultural de La Asomada son especialistas en el uso del cincel y martillo. Aprovechando que los vecinos estaban confinados en sus domicilios y acostumbrados a las fechorías, ya que son conocidos por la policía, no dudaron en desprender las rejas de las instalaciones utilizando las citadas herramientas para acceder al interior de las mismas. La voracidad e intensidad a la que se centraron en el trabajo de arrancar las rejas demuestra su habilidad en los robos. A. C.