El Ayuntamiento de La Oliva y la Policía Local ponen en marcha una campaña de retirada de vehículos abandonados de la vía pública para su posterior tratamiento como residuo sólido urbano. El objeto es eliminar posibles focos de infección y suciedad relacionados con el abandono de los coches, así como para extinguir una fuente de contaminación, física y visual.

El protocolo para la retirada de coches comienza tras la observación del automóvil, ya sea por un aviso vecinal o por un agente del cuerpo policial. Seguidamente se coloca un aviso en el propio coche, en el que se advierte a la propiedad que se encuentra inmersa en un expediente administrativo por haber sido considerado "vehículo abandonado". Una vez colocada esta nota, el Consistorio comienza el proceso para su retirada de la vía pública y posterior destrucción.