David Castillo Acosta ( Gran Tarajal, 1983) fue ordenado ayer nuevo diácono por el administrador apostólico de la Diócesis de Canarias, el obispo Francisco Cases, en la iglesia de La Oliva. Un acto religioso que reunió a varias personas en el templo donde otras muchas no pudieron asistir ante el aforo limitado adoptado por las medidas sanitarias de la Covid-19.
David Castillo sigue los pasos de los sacerdotes majoreros, José Lavandera, actual director del Museo Diocesano de Arte Sacro, director del Archivo Diocesano y miembro del Cabildo Catedral, como Arcediano de Fuerteventura , Antonio Berriel Suárez, José Hernández Francés, ya fallecido, y los hermanos gemelos de Betancuria, Cristóbal y Diego Rodríguez, aunque nacieron en el barrio de Cabo Blanco, en Arona ( Tenerife ), su origen es majorero ya que sus padres se trasladaron a la localidad tinerfeña en busca de trabajo.
La comunidad cristiana, pese a las circunstancias de la pandemia, vivió ayer un acontecimiento con la ordenación de un diácono majorero: Jacob David Castillo que tras haber permanecido seis años en el Seminario se encuentra en la antesala del sacerdocio, ordenación que recibirá ya en un año de manos de Manuel Mazuelos, obispo electo de Canarias.
Tras la celebración de la eucaristía, presidida por Francisco Cases, y concelebrada por varios párrocos de la Isla como Vito Ondó ( Gran Tarajal), Daniel Díaz (Corralejo) y Félix Aguiar ( Casillas del Ángel), dado que los otros responsables de las parroquias tenían compromisos, se celebró la ordenación. También asistieron al acto compañeros seminaristas de David Castillo, así como Salvador Santana, Rector del Seminario, y Juan Carlos Arencibia, profesor y director espiritual. También se dieron cita varias personas vinculadas al movimiento cristiano en Fuerteventura, entre los que figuraba el profesor Gadifer Saavedra.
Un diácono es ordenado no para el sacerdocio, sino para el servicio del obispo y para responder a la necesidades de la iglesia, tanto en la realización estructural o de organización interna como para dar respuesta inmediata a las nuevas necesidades eclesiáles, se escuchó en la ceremonia. "Están al servicio del pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad, explicó uno de los asistentes. David Castillo señaló que los objetivos que pretende trazarse tras su ordenación "es estar al servicio de la comunión, de la fraternidad. Necesitamos un mundo más justo con los pobres, más unido y fraterno. Pero será importante no trazar caminos que no hayan sido creados comunitariamente con la comunidad en la que esté destinado y como parte de unos objetivos propios de la Diócesis". Además, añadió, que le gustaría "que los cristianos ayudemos a que la gente descubra a Jesús desde varias claves, como son el testimonio de vida, la opción por los últimos, la coherencia de vida, y presentemos sobre todo un cristianismo alegre".
