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La Isla llora la muerte de don Arístides

El conocido como ‘el médico de los pobres’ falleció ayer a los 94 años | La noticia provoca un hondo pesar por el cariño y la admiración de los majoreros

El doctor Arístides Hernández atiende a uno de sus últimos pacientes en su consulta ubicada en Puerto del Rosario.

El popular médico Arístides Hernández Morán falleció ayer en Puerto del Rosario a los 94 años de edad. La noticia de su óbito produjo una enorme constenarción en la isla majorera donde era una persona querida, admirada y respetada, no en vano estuvo ejerciendo su profesión durante 67 años. Entre sus numerosos reconocimientos destacan los títulos de Hijo Adoptivo de Fuerteventura y Puerto del Rosario por ser un referente en su labor profesional y social. Entre sus iniciativas destaca la fundación de Cruz Roja, Cáritas, promover el proyecto de Chillida en la Montaña de Tindaya o el Consejo del Queso Majorero.

Los majoreros se despertaron ayer con la triste noticia del fallecimiento del médico Arístides Hernández Morán (1926-2020), un referente social en Fuerteventura, donde desempeñó su labor profesional durante 67 años habiéndose convertido en icono por su permanente compromiso con los más necesitados y con el desarrollo sanitario de la Isla. Entre sus numerosos reconocimientos destacan los títulos de Hijo Adoptivo de Puerto del Rosario (1995), Hijo Adoptivo de Fuerteventura ( 2007) y Medalla de Oro de Canarias (2010), mientras que el nuevo centro de salud de la capital majorera lleva su nombre.

Fue concejal del Ayuntamiento de Puerto del Rosario y consejero del Cabildo de Fuerteventura entre 1964 y 1971, siendo asignado por el tercio de entidades económicas, culturales y profesionales. Las banderas oficiales del Cabildo insular y del Consistorio capitalino lucen a media asta en señal de luto. El destino quiso que hoy, fecha en que la capital majorera celebra la festividad de su Patrona, Nuestra Señora del Rosario, parroquia a la que se encontraba muy unido, donde realizó una campaña para la restauración del retablo de la iglesia, recibiera cristiana sepultura en el cementerio de Tetir, en la misma tumba donde se encuentran los restos de su esposa, África.

Don Arístides o el médico de los pobres, como cariñosamente le conocían, nació en Santa Cruz de Tenerife. Llegó a la Isla en 1953, el mismo año que concluyó sus estudios de Medicina en Cádiz, para realizar el servicio militar en el Batallón Fuerteventura XXXII, siendo destinado a la Plana Mayor de Mando como oficial de Infantería. En su destino también debió compaginar sus funciones de militar con la atención médica. En aquel entonces conoció a África González de la Fe, la joven majorera que se convertiría en octubre de 1956 en su mujer. Desde aquella fecha ha residido en la Isla de forma permanente, donde realizó una importante labor profesional en el mundo de la medicina, en el campo social y en el desarrollo económico de Fuerteventura.

Entre sus títulos destacan los de Hijo Adoptivo de Fuerteventura y de Puerto del Rosario

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Tras su llegada a la isla majorera fue médico titular de Puerto del Rosario, aunque también desempeñó su labor en La Oliva, Betancuria y Pájara; fue jefe insular de Sanidad, coordinador del centro de salud de Puerto del Rosario o médico del hospital Virgen de La Peña, entre otros muchos cargos. También destacó por su papel social como impulsor de la Cruz Roja y del Consejo Regulador de la Denominación de Origen del Queso Majorero, así como miembro de la Plataforma de Apoyo al proyecto del escultor vasco Eduardo Chillida en la Montaña Sagrada de Tindaya. Sin embargo, no pudo ver cumplido uno de sus sueños: el Hospital Geriátrico, proyecto por el que luchó junto al también fallecido, el profesor Elías Rodríguez, y Álvaro García, así como a otros muchos vecinos.

Inquieto investigador y preocupado por los problemas de la sociedad, desde 1954, un año después de recalar en la Isla, realizó un mapa sanitario de Fuerteventura, determinando los focos de las fiebres tíficas y paratíficas que por entonces asolaban la Isla, poniendo en marcha a partir de entonces una campaña de quimioprofilaxis, que permitió erradicar la tuberculosis. También adquirió un aparato de radioscopia y radiografía, el primero que llegó a la Isla.

Comprometido con la Isla

Detrás de su dilatada experiencia como médico, se esconden numerosas anécdotas que desveló en sus memorias Libro de recuerdos de un médico rural, que editó en su día el Cabildo majorero. Es el mejor legado de este médico al pueblo majorero, el mismo que le acogió con cariño desde que en su pequeña moto visitaba a los enfermos en los más recónditos rincones de la geografía insular.

Transcurrido más de medio siglo desde su llegada a la Isla, don Arístides siguió siendo un auténtico referente social en la Maxorata por su desinteresada labor médica y su permanente compromiso con los más necesitados.

El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Blas Acosta, lamentó la muerte del popular médico. “ Contaba con numerosos reconocimientos sociales e institucionales y con los títulos de Hijo Adoptivo de Puerto del Rosario y de Fuerteventura. Ha sido una persona que ha luchado por la sanidad majorera como ninguno y por lo tanto es una triste noticia”.

Además, señalo que “en el ámbito personal, en la relación personal que he mantenido durante estos años con él, es una perdida irreparable pero tenemos que seguir avanzando en su objetivo que no era otra cosa que mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de esta isla. Por lo tanto, respeto a su memoria y tenemos que seguir avanzando en conseguir lo que él comenzó que no era otra cosa que la mejora de la sanidad y mas en este momento en una situación de pandemia como la que vivimos. Pésima noticia para todos los que lo hemos conocido. Darle a su familia nuestro hondo pesar y mostrarle todo nuestro apoyo”.

Durante 67 años desempeñó su profesión como médico y mostró compromiso social

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Por su parte, el alcalde de Puerto del Rosario, Juan Jiménez, apuntó que “Fuerteventura y Arístides Hernández siempre estarán unidos por la gran labor que aquí, entre nosotros, llevó a cabo este médico estimado por quienes tuvieron la fortuna de conocerlo y, sobre todo, por quienes pasaron por su consulta, un remanso sanatorio que está en la memoria de miles de majoreros, de miles de personas que reconocen su maestría y humanidad. Don Arístides, como era popularmente conocido, deja una huella imborrable y un especial legado sentimental para nuestra isla. Tuve el privilegio de trabar interesantes y ricas conversaciones con él, que guardo con gran cariño.

El Ayuntamiento portuense acordó en enero solicitar al Gobierno de España la Medalla al Mérito en el Trabajo para este médico en reconocimiento a la larga trayectoria profesional, “a una de las personas que han contribuido a dejar huella y un legado social, cultural y económico para las generaciones venideras de Fuerteventura”.

Arístides Hernández recibirá sepultura esta tarde a las 17.00 horas en el cementerio de Tetir. A pesar de las normas impuestas por la pandemia de la covid-19, fueron numerosas las personas que ayer mostraron su pesar por la muerte del médico de los pobres.

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