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Las llagas del istmo de Jandía

Los ecologistas denuncian falta de control en los Parques Naturales que pone en peligro la biodiversidad | Se incumplen los planes de uso y gestión, advierte Agonane

Un grupo de personas pasean por el jable de Jandía E. Saavedra

“Cometer delitos ambientales en la isla de Fuerteventura sale muy barato“. Esta frase la acuñó en una entrevista al periódico LA PROVINCIA /DLP el periodista Ambiental, Geógrafo y Naturalista, César Javier Palacios. Y no le falta razón cuando se observa las amenazas que sufre el territorio majorero ante la desidia institucional que mantiene una total pasividad en la defensa de los valores ecológicos que atesora la isla y de falta de gestión en los espacios protegidos. La ausencia de vigilancia provoca una autentica anarquía en los Parques Naturales majoreros donde no se cumplen las normas de los planes de uso y gestión.

El istmo de Jandía, ubicado en Cañada del Río, y que forma parte del Parque Natural de Jandía, viene sufriendo desde hace tiempo un continuo atentado ecológico a sus valores naturales. La circulación permanente de quads, motos o vehículos todoterrenos, así como el trasiego diario de numerosas personas bien a través de excursiones turísticas, vecinos de la localidad cercana que salen a pasear sus perros o de ciudadanos aventureros en busca de descubrir los paisajes de ensueño que esconde la zona de Barlovento, ponen en peligro la conservación de la rica diversidad de este espacio protegido que acoge numerosas especies de flora y fauna, muchas de ellas endémicas. A ello, se le une el bosque de esqueletos oxidados de molinos eólicos y que suponen un impacto visual y una sensación de abandono en el débil paisaje de la zona.

Unos quads por el jable de Jandía E. Saavedra

Lo de la zona del istmo de Jandía, que acoge el mayor depósito sedimentario eólico de Canarias, es sólo un ejemplo de lo que ocurre en el frágil territorio insular. En el resto de Parques Naturales que acoge la isla se sucede idéntico desastre ambiental ante la ausencia de vigilancia y control.

El grupo ecologista Agonane, el más importante y activo de Fuerteventura, muestra su disconformidad con la gestión que realiza el Cabildo majorero en los Parques Naturales. “La nefasta gestión medioambiental nos produce una situación de angustia. La falta de vigilancia está provocando un deterioro de estos espacios protegidos y una amenaza constante para la biodiversidad de los mismos”. Además, añaden, que “hemos suplicado en el Patronato de Espacios Naturales que se incremente el número de agentes de medio ambiente. La isla se encuentra abandonada en materia medioambiental”.

Agonane también reivindica la necesidad de dotar a cada Parque Natural con su director de conservación y los correspondientes equipos de trabajo, vigilancia y educación ambiental. “ El Cabildo, como gestor de los mismos, no ha hecho nada en este sentido. El abandono es total”.

Imagen del bosque de aerogeneradores del istmo de Cañada del Río, la mayor parte oxidados Eva Saavedra

Las redes sociales denuncian el peligro que corre el jable del istmo de Jandia. Una joven naturalista, Eva Saavedra, ha denunciado en su cuenta de Facebook la situación de abandono, desidia institucional y la insensibilidad de los ciudadanos con este paraje natural. “Creo que son muchos los que no ven en el jable más allá de arena, piedras y matos secos. Seguro no se han parado a contemplar este hermoso ecosistema, y digo seguro, porque quiero pensar que nadie se atrevería a hacer algo para dañarlo conociendo toda la vida que alberga. Una rica biodiversidad que ha hecho de él su hogar mucho antes de que tú y yo llegáramos para destrozarlo”. Además, agrega que “les invito a descubrir todo lo que esconde este lugar, aunque quizás nos distraigan esas enormes piezas de chatarra que un día fueron aerogeneradores. Es lamentable la imagen de abandono y deterioro, un grave impacto visual y medioambiental. Los senderos habilitados que recorren el Jable nos permiten disfrutarlo con respeto y orden pero, posiblemente, nos cueste identificarlos por culpa de los motoristas, quads, campers o 4x4 que ignoran la normativa, molestando y atropellando a todos sus habitantes. El precio de un buen rato es joderles la vida”.

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