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Entrevista

Igor Escudero Morais: “La ópera nos acerca al origen del mundo de los amazigh”

“He respetado la leyenda en la estructura esencial, en la que las mujeres tenían influencia en su pueblo”, explica el compositor de la ópera ‘La leyenda de Tamonante’

Igor Escudero Morais

El compositor Igor Escudero Morais (León, 1977) es el autor de la partitura y del libreto de la ópera ‘La Leyenda de Tamonante’, que estrenará este año la Asociación Cultural Ópera Fuerteventura en noviembre en la sala sinfónica del Palacio de Formación y Congresos. Escudero ha creado una obra histórica muy dinámica, con una música de estilo belcancantista que va a enamorar al público canario. Se revela como un músico con una gran capacidad creativa. Arqueólogo y profesor de Historia en Secundaria y de piano, se le ha definido como un compositor ecléctico de la llamada música clásica contemporánea.

¿Cómo surge la elaboración del libreto de la ópera ‘La Leyenda de Tamonante’?

Recibí una llamada del tenor majorero José Concepción, al que ya conocía por su trayectoria profesional, para proponerme este proyecto y me dio mucha alegría porque me encantó esta leyenda que debía adaptar a la ópera. Por supuesto, le dije que sí, me puse a trabajar y compuse el libreto. Desde el punto de vista del ritmo no es una ópera al uso, es muy dinámica, más actual porque el argumento avanza más rápido, más acorde con la narrativa de nuestro tiempo. En cuanto a la música destacaría que es tonal, con estilo belcantista.

¿Qué estilo musical presenta ‘La leyenda de Tamonante’ y qué predomina en el libreto que ha compuesto para esta obra ?

La música de esta obra es de corte tradicional. A veces tiene aires sefardíes, a veces se basa en la escala pentatónica, propia de las culturas ancestrales. Pese a su carácter clásico, está estructurada en un continuum, donde la acción no se detiene cuando llegan las arias o los dúos, donde todo avanza de forma permanente. No tenemos un libreto estructurado en recitativos, que nos dan información, y números musicales, donde esta acción se paraliza. Es una ópera muy dinámica, con un argumento que avanza más rápido, más acorde con la narrativa de nuestro tiempo. En cuanto a la música destacaría que es tonal, con estilo belcantista. En La leyenda de Tamonante se mira al pasado, las dos mujeres, portadoras del saber y guías espirituales, hablan con una voz antigua, que nos evoca al mundo amazigh, al desierto, a los orígenes africanos, amazighs de estas sociedades. He respetado la leyenda en la estructura esencial, y cuenta el conflicto que se extendió por toda Europa entre las élites eclesiásticas, la nobleza, y las mujeres de aquellas sociedades cristianizadas, que tenían influencia sobre su pueblo, que eran consejeras y curanderas.

¿Predomina más la voz sobre la música o algún instrumento?

La música no acompaña simplemente a la voz, como ocurre con el bel canto, sino que compite con la voz. Todo forma parte de una misma estructura. No obstante, lo importante es el texto y en el fondo la música busca servir a la acción, quedando en segundo plano… ¡Me es muy difícil explicar esto con claridad! Y, sobre los instrumentos, sí incorporo un instrumento muy particular a la orquesta: la flauta bajo. Su sonido es primitivo, y simboliza lo mágico. Está asociado a las dos mujeres, Tibiabin y Tamonante. En contraposición a esto tenemos el clarinete bajo, asociado al cristianismo y a la espiritualidad occidental. Suena principalmente cuando interviene el Inquisidor, con la armonía del acorde místico de Scriabin. Al final de la ópera la flauta bajo ya no vuelve a oírse más.

¿Y el papel de las mujeres?

Ellas aportaban un mensaje de concordia entre los dos reinos enfrentados (Jandía y Maxorata). Las fuentes de esa época nos dicen que ellas influían por igual en los dos bandos en que se dividía la Isla. Eran respetadas y escuchadas por los dos reyes y estaban presentes en los consejos. Sabían leer y escribir, y por tanto fijaban las leyes por escrito. Tamonante se traduce, de hecho, como “la que lee”, y Tibiabin como “la que susurra” o “la que murmura”, es decir, la que reza, la guía espiritual. Estos primeros pobladores de la Isla tenían una visión animista del mundo y de la naturaleza. Se refleja en sus ritos y creencias, pero también en el respeto a su entorno natural, un mensaje muy interesante junto al papel que desempeñaban antiguamente estas mujeres de aquellas sociedades.

¿Ha sido todo un reto esta obra como compositor, historiador, y arqueólogo?

Sí, en realidad el reto ha sido encontrar un equilibrio entre la leyenda, la realidad histórica y la dramaturgia, es decir, contar una historia que entretenga a la audiencia. Pero esa es la magia de la ópera, porque se puede mezclar historia, leyenda y ficción para crear un espectáculo para divulgar y divertir al público a partes iguales...

¿Cuando se representa la obra?

Está previsto para los días 11 y 13 del próximo mes de noviembre en dos sesiones, mientras que el acto de la presentación está preparada para el próximo día 17 de febrero.

Un día decide dejar las excavaciones arqueológicas y la enseñanza como profesor de Historia en Secundaria para dedicarse a la música clásica. ¿Fue un paso arriesgado?

Supongo que sí, pero fue sobre todo una necesidad, algo que no pude evitar. En mi caso estudiaba canto y piano porque me gustaba mucho y lo compaginaba con mis estudios. Trabajaba en excavaciones, estudiaba Geografía e Historia, fui profesor de bachillerato de Historia, Sociales y Ética, pero necesitaba dedicar más tiempo a la escritura, a dedicarle el tiempo necesario, y me propuse un parón de dos años, para probar... y, hasta hoy. No he vuelto a dar clases.

Nueve óperas incluyendo la trilogía de ‘Yo Claudio’, tres musicales, tres oratorios profanos, conciertos para bandas sonoras para documentales, cantatas y gran variedad de piezas de cámara. ¿Ha aprovechado al máximo esa nueva vida profesional?

Sí, trabajo no me falta. He tenido la enorme fortuna de que la pandemia me ha pillado componiendo. Apenas he tenido cancelaciones, sólo dos aplazamientos. He estado varios meses escribiendo, pero yo ya estaba confinado antes de que todo esto estallara. Sobre el estreno de la trilogía sobre ‘Yo, Claudio’, fue un esfuerzo titánico que mereció mucho la pena. Cincuenta y seis personajes, cerca de cuatro horas de música y, por añadidura, música antigua, usando los modos griegos. Esto último fue un verdadero reto intelectual para los cantantes.

No hay muchos compositores jóvenes con ese potencial creativo. ¿Cómo te defines?

En realidad soy un compositor contemporáneo, aunque, si nos acogemos a una definición convencional, supongo que me calificarían como neorromántico, o tonal, pero realmente uso mucha música modal, es decir ni atonal ni exactamente tonal, y muchas armonías contemporáneas. Me han calificado de iconoclasta, de ecléctico... El problema es que hoy en día se utiliza el término “contemporáneo” como calificativo de un estilo compositivo muy concreto donde, todo sea dicho, hay mucho fraude. Pero mi obra es contemporánea y no podría ser otra cosa, porque tengo influencias de todo lo que se ha escrito en los siglos XX y XXI, desde los Beatles hasta Extremoduro, de la música que todos escuchamos a diario.

¿Qué obras estás componiendo en la actualidad? ¿Hay una ópera con la que sueña y que le gustaría componer por encima de cualquier otra?

Ahora estoy en plena composición de una ópera que trata de la revuelta de las comunidades. LLeva por título Los Comuneros y se estrenará en las nueve provincias de la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Sobre una ópera que me gustaría hacer... pues varias. Me gustaría explorar nuevos géneros, que requieren de grandes presupuestos, como la ciencia ficción o el thriller, por ejemplo. Espero poder hacer un montaje de esas dimensiones y con ese presupuesto en un futuro.

¿Cuál ha sido el teatro nacional e internacional que más te haya emocionado durante los estrenos de las obras que ha compuesto y estrenado?

Fue impactante estar en el teatro romano de Mérida. Un espacio donde personas han estado interpretando obras desde hace miles de años... curiosamente, hablando de las mismas cosas, con problemas muy similares a los nuestros. También me hace mucha ilusión viajar a esta isla y colaborar con Ópera Fuerteventura, un festival emergente, que se ha consolidado y que crece en cada edición.

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