El juicio por al asesinato de la joven Vanesa Santana Padilla, ocurrido el 4 de junio de 2018 en el pueblo de Valle de Santa Inés, tiene nueva fecha para su celebración después de dos aplazamientos. El nuevo proceso arranca el 28 de mayo con la elección de los miembros del jurado y posteriormente será el 11 de junio cuando se inicie la vista, si no hay ningún nuevo contratiempo.
La vista se celebrará durante 14 días en la Audiencia Provincial de Las Palmas donde el presunto asesino, Jonatan Robaina Santana, primo de la víctima, se enfrenta a una pena de 27 años de cárcel, 25 por asesinato y dos por allanamiento de morada, solicitada por la Fiscalía.
Además, el fiscal Joaquín Soldevilla también solicita para Jonatan Robaina una indemnización de 280.000 euros por daños morales, destinados a los padres de la víctima, a razón de 110.000 euros a cada uno, 40.000 euros al hermano y 20.000 euros a la pareja sentimental de la joven.
Dos aplazamientos del juicio
En el inicio del proceso judicial se elegirán a los 30 miembros preseleccionados que formarán parte del jurado, donde las partes defensora y acusadora podrán rechazar cada uno a cuatro de ellos según sus consideraciones del perfil de los mismos. La acusación particular corre a cargo de Raúl Miranda.
El juicio por la muerte de la joven Vanesa Santana se ha aplazado en dos ocasiones. La primera vez, debió celebrarse el pasado 18 de enero pero finalmente fue suspendido tras haberse decretado el confinamiento del módulo número 6 de la prisión de Tahíche, donde se encuentra Jonathan Robaina Santana, por detectarse un caso de coronavirus en un preso. La segunda, sería el pasado 20 de febrero cuando también se acordó el aplazamiento como consecuencia que el forense que debía prestar declaración, dado que emitió el informe sobre la muerte de la joven, también cayó enfermo por el virus de la covid-19.
El fiscal solicita también para el investigado una indemnización de 280.000 euros
Los hechos ocurrieron el 4 de junio de 2018, cuando Jonatan se aseguró de que los padres de la joven habían salido del domicilio familiar para irse a trabajar y que la muchacha se encontraba sola. Vestido con una chaqueta de manga larga con capucha, para taparse la cabeza y ocultar su rostro, y cubriendo sus manos con guantes de nitrilo para evitar dejar huella, entró por la puerta principal y accedió a la habitación donde dormía Vanessa. Una vez en su interior, cogió el martillo que llevaba consigo y, haciendo uso de una extrema violencia, golpeó con él a Vanesa en la cabeza y en la cara con el propósito de causarle la muerte inmediata.
La muerte de Vane, como la conocían familiarmente, causó una enorme consternación en la isla y en el municipio de Betancuria.
