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Fermi, la mamá majorera de Saliou

La familia Santana Barrios acogió a un joven senegalés ingresado en el Centro de El Matorral | Saliou abandonó la Isla para continuar con su sueño europeo

Fermi, la mamá majorera de Saliou Antonio Cabrera

En el hogar de la familia de Jacinto Santana y Fermi Barrios, vecinos de El Matorral, se respira un ambiente de tristeza por la marcha de unos de sus miembros. No tiene ni sus apellidos ni el mismo color de piel e incluso llegó el último a la casa de este matrimonio majorero, pero ha dejado una profunda huella tras abandonar la Isla en busca de su sueño. A pesar que su origen familiar es de Guinea Bissau, aunque nació en una región al sur de Senegal, arriesgó su vida para cruzar en patera la ruta canaria y encontró el calor familiar en el entorno de esta familia majorera, así como el cariño, respeto y admiración. Hace escasos días partió desde Fuerteventura, donde ha permanecido recluido cuatro meses, con destino a Madrid para reencontrarse posteriormente con unos familiares en otra provincia española.

Fermi entrega un regalo al joven Saliou. | | LP/DLP

La historia de Saliou Cisse ( Senegal, 1997) es el relato vivo de miles de africanos que tratan de cumplir su sueño europeo. Atrás quedan las adversidades, los riesgos, la clandestinidad y un miedo al futuro incierto al que se enfrentan cuando salen de sus hogares.

Saliou fue rescatado el pasado 14 de enero en alta mar cuando la noche estaba cayendo. La embarcación de Salvamento Marítimo Salvamar Mizar los subió a bordo tras un día de travesía en una mar embravecida. Habían partido el día anterior desde la zona de Las Negritas, al norte de El Aaiún.

Viajaba en una diminuta patera con otros 54 africanos de origen subsaharianos, de los que 43 eran mayores de edad, cinco mujeres, cuatro menores y tres bebés que viajaban acompañados de sus madres. Tras llegar al muelle de Gran Tarajal fue entregado a Cruz Roja y tras comprobar que se encontraba en buen estado de salud fue ingresado en el Centro de Acogida Humanitaria de El Matorral.

Yahya y Awa, padres de Saliou, albañil y limpiadora, respectivamente, emigraron desde Costa de Marfil a Senegal estableciéndose en la localidad de Samine, en la comarca de Kolda. Allí nació este joven junto a otros dos hermanos. Era soldador profesional y junto con un grupo de amigos se pusieron de acuerdo para lanzarse al sueño europeo. No solo tenían referencias de una mejor calidad de vida por familiares que viven en algunos países de la Unión Europea, sino por los canales de televisión y las redes sociales. Ello les impulsó a arriesgar sus vidas en busca de otra vida mejor.

De Dakar a Marruecos

“Trabajé mucho para ahorrar francos CFA. Compré con mis amigos un billete de avión desde Dakar hasta Marruecos porque sabíamos que desde allí podríamos dar el salto a Europa”, señaló Saliou. Además, comentó que estuvo dos años en Marruecos “trabajando en un taller para poder coger la patera, aunque se me hacía muy difícil la ausencia de mi familia, especialmente mis padres y hermanos, así como de los amigos”.

Un día de los muchos que pasó ingresado en el Centro de Acogida Humanitaria de El Matorral, la fortuna quiso que se encontrara con Ione, uno de los nietos de Fermi. Éste estaba jugado al fútbol en un campo improvisado frente a la vivienda de la familia majorera. Lo invitó a jugar y desde ese mismo instante el vínculo del joven africano con el entorno familiar se fue intensificando cada día hasta el punto que se convirtió en uno más de la familia. Desde Jacinto, el padre, los hijos Dailos, Minerva y Jeni, así como los nietos Ione, Eiden, Neizan, Adán y Yashira y resto de miembros, acogieron a Saliou logrando superar el déficit afectivo de estos jóvenes migrantes lejos de su ámbito familiar.

“Tarde tras tarde, desde mi ventana, veía llegar a ese chico con la frente sudorosa, se sentaba en el bordillo de la acera y miraba desconsolado a mis nietos jugando al fútbol. Mi nieto Ione con 13 años lo invitaba a jugar y el sin pensarlo dos veces echaba unos partiillos hasta la hora que tenia que irse, pues se tenía que asear para ir al comedor del Centro donde residía, que estaba ubicado a unos 50 metros de nuestra casa”, afirma una orgullosa Fermi Barrios.

Además, añade que “no se puede juzgar a las personas sin conocerlos. Hay gente buena que vienen a buscar un bienestar para él y su familia”.

Y llegó el día de la marcha de Saliou. El joven fue al aeropuerto acompañado de Jacinto y su hija Jeni. Los sentimientos de tristeza por la separación del joven se apoderó de la vivienda de la familia majorera. “Adiós, mamá. Algún día regresaré para agradecerte todo lo que has hecho por mi...“ le espetó Saliou a una emocionada Fermi.

En el aeródromo, el joven mostró su pasaporte y su documentación a unos agentes del CNP amables y con empatía. Jacinto y Jeni no pudieron disimular sus lagrimas. Despedían a un hijo más de la familia Santana Barrios.

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