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Gerardo Mesa Noda | expresidente del cabildo y pregonero de la peña 2021

«La Virgen de la Peña genera confianza en el majorero»

Gerardo Mesa.

El Cabildo majorero y el Ayuntamiento de Betancuria han elegido a Gerardo Mesa Noda (La Gomera, 1935) como pregonero de las fiestas en honor a Nuestra Señora de La Peña, Patrona de los majoreros. Expresidente del Cabildo y senador, Lalo, como se le conoce, es un referente social en Fuerteventura. 

¿Cómo acogió su nombramiento como pregonero de las fiestas de La Peña 2021?

Con mucha preocupación. Es un gran honor, que agradezco al Cabildo como organizador del evento, pero también es una enorme responsabilidad, sobre todo conociendo a quienes me han precedido en este cometido.

La Peña es un símbolo cultural, religioso y social en la sociedad majorera.

Totalmente de acuerdo. Creo que como todas las fiestas de los pueblos. Pero La Peña es la fiesta de toda la Isla, de los del norte y de los del sur, la de los creyentes y la de los no creyentes. Esta fiesta es cada vez más necesaria en un mundo tan individualista como en el que estamos viviendo en el que la comunicación entre las personas se resuelve con un twit o un whatsapp. Es un caminar juntos conversando con compañeros durante horas, compartiendo experiencias, alimentos, etc. Esta necesidad de comunicación, de celebración, de compartir se acrecienta después de dos años de covid.

¿Cómo es posible que una pequeña imagen de alabastro de tan solo 21 centímetros pueda generar tanta advocación?

No es tanto la preciosa y pequeñita imagen lo que concita la devoción, sino la tradición, la transmisión de madres a hijos, de abuelas a nietos, la necesidad de confiar en alguien.

¿La historia de la Virgen de la Peña debería darse a conocer en el ámbito escolar para divulgar su historia?

La historia de la Virgen de la Peña está ligada a la historia de Fuerteventura y a la lucha del pueblo majorero por sobrevivir a las sequías, a las hambrunas, a la situación de sus familiares emigradas a otras islas o a tierras lejanas. En tal situación, o emigraban o iban a pedirle protección a la Virgen de la Peña. En torno a esta situación, a esta necesidad de confiar en alguien, de agarrarse a alguien, a la vez que se heredaba de padres a hijos la devoción a la Virgen, se iba formando la identidad del pueblo majorero.

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