Las costas majoreras reciben toda clase de residuos. Unos arrojados por las corrientes marinas, como artes de pesca, pero la mayor parte de ellos producidos por la acción humana en la propia isla, como latas de bebidas, bolsas, envoltorios y colillas. Toda esta basura degrada no sólo en medio marino sino el litoral majorero.

En los últimos seis meses, el Observatorio de Basura Marina (OBAM) de la Reserva de la Biosfera y Cabildo de Fuerteventura ha recogido y analizado un total de 17.000 kilogramos de residuos marinos, gracias al trabajo de las cuadrillas del Plan de Empleo para la restauración del litoral majorero.

El OBAM es un proyecto promovido por la Reserva de la Biosfera con la financiación de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Transición Ecológica dentro de la iniciativa Pleamar cofinanciada por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca FEMP para el fomento e impulso de la sostenibilidad pesquera y acuícola que en el caso de Fuerteventura se concreta en la caracterización de las basura que aparece en las costas de la isla.

De febrero a julio de 2021, un total de quince operarios de este plan de empleo, cofinanciado por el Fondo de Desarrollo de Canarias (FDCAN) se han dividido en tres grupos, con el fin de recorrer diferentes zonas del sur, centro y norte de la Isla.

«El objetivo del OBAM es recoger los residuos marinos de cara a su posterior análisis, establecer una base de datos y diseñar una estrategia para prevenir su impacto», explica la consejera insular de Sostenibilidad Medioambiental, Lola García.

En cuanto a la clasificación de los residuos recogidos, la gran mayoría corresponde a plásticos, representando un 72,02% del total. Además, con la llegada del verano, se ha detectado un notable incremento de los residuos, especialmente los plásticos, pasando de recoger unos 50.000 ítems de plástico al mes, a más de 96.000 de este tipo de residuos.

Un porcentaje alto de la basura que llegan a la costa lo representan los que llegan a través de corrientes marinas y que presentan un mayor estado de degradación, como restos de artes de pesca o fragmentos de plástic. Sin embargo, también existe un alto porcentaje de residuos locales, como latas de bebidas, bolsas, envoltorios y colillas.