Los voluntarios ambientales recorren diariamente las playas de El Moro, Cofete y playa Larga para prospectar la arena en busca de rastros de las tortugas marinas que fueron reintroducidas y liberadas hace dieciséis años. Los investigadores se mantienen expectantes por conocer si algunas del millar de quelonios liberados regresan al lugar donde nacieron para incubar tras alcanzar la edad reproductiva.
Carla Santos, Patricia Centeno, Silvia Camacho y Paula Ojeda son las vigilantes de la playa de Cofete para detectar rastros de tortugas bobas (Caretta caretta) o restos de basura marina. Estas cuatro jóvenes forman parte del ejercito de voluntarios de la Asociación de Voluntarios de Ayuda a la Naturaleza de Fuerteventura (AVANFUER). Comenzaron hace escasos días sus labores de vigilancia a lo largo de los 14 kilómetros de esta paradisiaca playa majorera. La próxima semana serán reemplazadas por otros compañeros. La campaña de monitoreo se prolongará hasta el próximo día 30.
El mar de Fuerteventura es un hábitat especial para la tortuga boba donde incluso nidificaba hace muchos años. Una de las características de esta especie marina es que suele nidificar en la playa en la que nació. Tras cumplirse diesiseis años de la primera reintroducción de esta especie en Cofete, y teniendo en cuenta que las tortugas marinas vuelven a sus playas de nacimiento cuando alcanzan la edad reproductiva, desde el pasado año se espera con la máxima expectación que se confirme su regreso para anidar de forma natural en el citado litoral majorero.
Este es el origen de AVANFUER , que surgió en el año 2005 con el objetivo de dar apoyo al proyecto de reintroducción de la tortuga boba, proporcionando asistencia y vigilancia en las diferentes fases del mismo. Esta circunstancia hace necesario el desarrollo de campañas de divulgación y seguimiento de las playas de Cofete, trabajo que viene realizando desde 2019 a través del proyecto CanBio de la Universidad de La Laguna (ULL), la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), el Gobierno de Canarias y Loro Parque Fundación.
En estas campañas se realizan tareas de prospección ante el hallazgo de posibles rastros o tortugas marinas, labores de evaluación del estado de las playas en relación a la acumulación de basuras marinas, teniendo en cuenta el alto grado de exposición de esta zona a las corrientes, y actividades y talleres de divulgación y sensibilización de la población en relación a la biología y estado de conservación de las tortugas.
Dadas las características de laplaya de Cofete, derivadas de sugran longitud y relativa dificultad en la accesibilidad a ciertos puntos, los 14 kilómetros de playa fueron subdivididos en una serie de estaciones con el fin de facilitar las labores de monitoreo, tanto de basuras marinas como de posibles rastros de tortuga.
Y es aquí donde Carla, Patricia, Silvia y Paula, que tienen su base central en la Casa del Arrendatario, patrullan diariamente por la playa con el objetivo de llevar a cabo la evaluación y conservación de la biodiversidad marina de Cofete. «Se realizó la recogida de diferentes especies marinas varadas muertas, como esqueletos de pardelas, peces e incluso un caballito de mar, entre otras, e incluso un bote de aceite procedente de Egipto, durante la monitorización en las diferentes estaciones de la playa», señaló Tony Gallardo, director de la Reserva de la Biosfera y miembro de AVANFUER.
Gallardo destaca que el proyecto de reintroducción de la tortuga boba en la isla «fue pionero y de largo recorrido que exige esperar a que las tortugas lleguen a su madurez sexual y llegen al Archipiélago a reproducirse».
