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Ocho artistas, ocho obras

Los escultores han elaborado creaciones utilizando el basalto majorero o la caliza alicantina | El Parque Escultórico capitalino cuenta con 188 obras en sus calles

Los participantes en el Simposium de Esculturas de Puerto del Rosario, en la zona de Las Excuevas. | | TAMARICHE

El Parque Escultórico de Puerto del Rosario continúa su imparable crecimiento para contribuir a expandir la cultura con cerca de 200 creaciones esparcidas por las diversas calles de la ciudad. Un museo al aíre libre que ofrece a los vecinos y visitantes un espléndido conjunto de esculturas ubicadas en plazas, plazoletas y rotondas. Las últimas ocho esculturas serán colocadas proximanente en sus nuevos espacios.

La última edición del Simposium de Escultura de Puerto del Rosario ha tocado a su fin después de tres semanas entre cinceles y radiales. Ocho nuevas esculturas de distintos artistas internacionales están ya listas para engrosar el curtido Parque Escultórico. El Ayuntamiento del municipio capitalino sigue, pues, apostando por el arte y el enriquecimiento de la cultura majorera con el duodécimo certamen de estas características celebrado en la ciudad, pionero en Canarias.

Iniciada el día 19 de septiembre y clausurada el pasado ocho de octubre, esta edición se distingue, entre otras cosas, por el retorno de la piedra. En los últimos años el hierro y acero, han sido los únicos protagonistas, pero en este simposio han cedido al condominio junto al basalto majorero, y caliza alicantina. Los ocho artistas invitados, cuatro escultores y cuatro escultoras de distintas nacionalidades, han trabajado sin descanso en sus respectivas obras, jugando con el contraste de los materiales en pleno paseo marítimo, y han dejado ya su huella en la isla: un abanico de esculturas que oscilan entre la figuración y la abstracción, entre formas evidentes e improbables, pero jamás imposibles en manos de estos artistas.

Juan Miguel Cubas, conocido escultor majorero, natural de Pájara y con un amplísimo número de esculturas esparcidas por toda la orografía majorera, ha bebido de la mitología griega este año para dar a luz a un grifo que se alza sobre dos patas encarando imponente al espectador. El artista ha dado forma al cuerpo de este ser legendario, mitad león mitad águila, sirviéndose del acero cortén, que contrasta con el plumaje de la cabeza del animal, elaborado en un brillante acero inoxidable.

Los artistas trabajan de cara al público, por lo que los vecinos pueden seguir sus obras

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Venido de Méjico, Carlos Monge, el veterano de la edición, ha realizado la que es su décimo tercera escultura en la isla. Una obra que, en palabras del autor, «juega no solo con los materiales, sino con las luces, y que solo se completa en el imaginario de quien la contempla». La concibe como una suerte de nave que por las formas evoca a sus orígenes mejicanos y que irá colocada sobre una base de acero hueca que permitirá ver el mar a través de ella: una embarcación flotante aun de piedra.

El “Homenaje a la Mujer Canaria”, del escultor extremeño Jose Luis Hinchado, es un intrincado juego de formas marinas en acero cortén que tejen la piel de un rostro sereno como aguas calmas, coronado por un pez de piedra que aporta el toque surrealista. El autor, que ha participado por primera vez en un Simposio en Fuerteventura, ha tomado las propias islas como fuente de inspiración para esta obra pensada para la contemplación tanto en el detalle como en su conjunto, mucho más compleja de lo que a primera vista pudiera parecer.

Para la italiana Francesca Bernardini, también esta ha sido su primera experiencia en Fuerteventura. «Si le pusiera un nombre a esta obra, sería lugar seguro», dice. Un hogar de piedra que toma una forma tan primigenia como el huevo del que brota, por un pequeño hueco, una suerte de río de hierro. La escultora, que había trabajado eminentemente en mármol hasta ahora, sonríe ante el descubrimiento del hierro y de los materiales en sinergia. «Ahora no quiero parar de crear, se me ha expandido la mente», afirma la autora.

Por su parte, Liliya Pobornikova, de Bulgaria, ha repetido por segundo año consecutivo y ha puesto la nota de color en esta edición con su “Vuelo sobre el mar”: un racimo de llamativas mariposas de acero pintado que asciende hacia el cielo sobre una base de piedra.

La capital majorera se congratula de ser uno de los mejores parques escultóricos a nivel europeo

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La chicharrera Itahisa Pérez, que también participó el pasado año, ha dejado en esta edición su huella con “la intimidad y el paisaje”, una composición de mullidos cojines de piedra y bronce apilados en una estructura de acero cortén, de forma que crea no solo un diálogo entre los materiales, sino una conversación entre, «la parte más intima y del cuidado frente al entorno urbano donde la obra quedará ubicada».

Oscar Aguirre, natural de Cuba, ha creado la que llama “La ciudad ideal”. El escultor se nutre de la arquitectura de los lugares que visita y afirma que es una presencia relativamente constante en su obra. Reivindica las formas arquitectónicas como arte en sí mismas, alejadas de la utilidad a la que están inherentemente atadas. «Me gusta el contraste de materiales en contraposición a las formas geométricas que se repiten, de lo que surgen cosas totalmente nuevas».

Anna Korver, de Nueva Zelanda, ha realizado una escalera al cielo coronada por la etérea figura de un vestido rojo; una dama que aun invisible es diana. La neozelandesa, que empezó esta experiencia con apenas dos palabras en su haber español, afirma haber aprendido mucho tanto lingüística como artísticamente.

Todos los autores coinciden en el particular enriquecimiento que provoca este tipo de certamen a todos los niveles: para los autores, que se plantean retos y descubren nuevas vetas creativas al entrar en contacto unos con otros; para los viandantes, de aquí o de allá, que pasan a formar parte del complejo y maravilloso proceso de crear; para el arte, que se baja de ese histórico pedestal desde el que miraba por encima del hombro para mezclarse con la gente; y, por supuesto, para la ciudad anfitriona, que se enriquece culturalmente con cada nueva obra que alberga. La capital majorera se congratula de ser en sí misma uno de los mejores Parques Escultóricos a nivel Europeo, así fue reconocida ya por la guía Repsol en el año 2016. Por aquel entonces contaba con unas 140 esculturas. Hoy roza las 180.

Clausurada ya la décima edición del Simposio portuense, las ocho nuevas obras esperan en la misma zona donde se diseñaron, tomaron forma y se elaboraron pacientes y a la espera del turno para ocupar su lugar destacado en este Parque que es la ciudad de Puerto del Rosario, donde podrán continuar su silencioso diálogo con los viandantes, locales y turistas, contribuyendo a la cultura de forma atemporal.

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