Una casona del siglo XIX que representa el prototipo de la arquitectura tradicional canaria, con portes elegantes, paredes de piedra o canteria de la zona norte de la isla, entre otros elementos arquitectónicos, y que antiguamente acogió al casino de La Oliva en la época de los coroneles: la Casa Montelongo, será restaurada para destinarla a turismo rural.
Bajo la marca Thesuites Worldwide, los promotores de este proyecto tienen como objetivo la recuperación de este inmueble, antigua edificación con uso como casino y vivienda, ubicada en el centro de la población de La Oliva, para un nuevo uso turístico con la clasificación de casa emblemática.
Los promotores han presentado su iniciativa a la alcaldesa de La Oliva, Pilar González, que ha podido conocer de primera mano el proyecto. « Una vez más el municipio de La Oliva será objetivo de una importante inversión que contribuirá a fortalecer la oferta turística de calidad», señaló la regidora.
El proyecto consta de dos unidades alojativas independientes, con salón comedor, cocina, dormitorios, baño y amenities, convirtiéndolo en un alojamiento singular, caracterizado por la exclusividad. «Se trata de disfrutar de paisajes naturales, de playas donde es fácil perderse y donde el alojamiento en sí se convierte en uno de los motivos principales del viaje», señalan los promotores. El historiador majorero, Pedro Carreño, señala que la Casa de Montelongo es un inmueble de porte elegante y sobrio diseño y amplias salas, «está construida con materiales de la zona, muros anchos a base de piedra, barro y cal.
Esta casa es representativa de las construcciones llevadas a cabo en el siglo XIX en La Oliva y es una construcción típicamente canaria, de trazos urbanos y elegante cantería». Además, añade que «se ubicaba uno de los casinos de la Oliva donde tenían lugar importantes fiestas y que contaba con la protección de la Casa de los Coroneles»
El historiador narra que a este salón asistía la Marquesa doña Nieves, como invitada de honor. «En esas celebraciones eran muy importantes los bailes donde la gente cantaban canciones improvisadas que muchas veces se dirigían a la marquesa. La tradición popular recuerda algunas de esas coplas, aunque la más sonada es la que solían cantarle a su llegada: «Que es aquello que relumbra/ en la sala más que el sol, / doña Nieves del Castillo, / hija del Gobernador». En opinión de Carreño «el patrimonio facilita el descubrimiento de nosotros mismos y representa nuestra identidad colectiva, y, si no luchamos por él, si no se nos va, no espera. No hemos sabido, o no hemos querido, trasmitirles sus valores a los jóvenes de hoy, hasta tal punto que se sienten extraños en su propia tierra. Por ello, a las personas que nos hemos dedicado a recuperar y a contar la historia nos entristece mucho el ver que no se protege de manera adecuada».