Ni el fuerte calor que azotó ayer a la isla majorera, ni la vereda empinada para alcanzar la cima de la montaña donde se encuentra el diminuto santuario-cueva, ni siquiera el cansancio pudieron con el entusiasmo y la devoción de los vecinos de El Cardón, en el municipio de Pájara, en su encuentro con la Patrona: La Virgen de El Tanquito. Tras dos años sin poder celebrar la romería por la crisis sanitaria de la Covid-19, los residentes esperaban ansiosos reencontrarse con la tradición que les había negado la pandemia.

Desde muy temprano, el pequeño pueblo comenzó a llenarse de vida con la llegada de romeros procedente de todos los puntos de la geografía majorera e incluso de otras islas del Archipiélago canario, no en vano participar en una romería cuya meta se encuentra en la cima de una montaña es una experiencia única, junto a la devoción y el fervor por la citada Virgen.

Un grupo de romeros y romaras bailan en honor a la Virgen de El Tanquito en uno de los descanso de camino al santuario, ayer | | JOHATHAN HERNÁNDEZ

A las nueve de la mañana salía la comitiva desde la ermita de El Cardón con la pequeña imagen de la Virgen del Tanquito a brazos de sus vecinos, pues apenas mide 40 centímetros y tiene un peso poco más de tres kilos. Está tallada en madera, aparece con un niño en sus brazos y fue encargada a un tallista en la Península.

El primer tramo discurre por el asfalto de la carretera de Chilegua para enfilar por la vereda de casi cuatro kilómetros hasta llegar al santuario a pie de en un risco cuando los vecinos decidieron horadarlo en busca del naciente de agua que manaba. Excavaron una pequeña galería y construyeron un pequeño estanque. De aquí se suministraba de agua los caseríos de los alrededores.

La tradición oral sitúa la aparición de la Virgen en aquella galería y desde entonces el lugar se ha convertido en una zona de culto y oración. Tanto es así, que ayer los vecinos encendieron velas, pusieron estampitas, depositaron flores e incluso algunas figuras marianas en señal de agradecimiento a la Virgen o como promesa religiosa.

«A la Virgen del Tanquito le pido de corazón que le de buena salud a la gente de El Cardón». Esta fue la copla que más veces sonó durante la romería por parte de las distintas parrandas que acompañaron en el recorrido a la imagen de la Patrona y, especialmente en los descansillos marcados con círculos de piedras donde existe una peana en la que se deposita la imagen y los romeros cantan y bailan a su alrededor.

Entre los asistentes destacó un grupo de la junta directiva del CL Maxorata, que recientemente recibió la medalla de Oro de Canarias por su medio siglo de vida. El presidente de la entidad deportiva, Francisco Padilla, estuvo acompañado por José Roque Pérez, Laura Martín, Carmen Rosa Mederos y Toño Benítez, así como diferentes componentes de las categorías inferiores de la entidad.

Tras llegar la imagen al lugar donde se encuentra el pequeño santuario cueva, los romeros recibieron con una salva de aplausos, vivas y música folclórica. Luego tenía lugar el tradicional almuerzo con productos de la tierra.

Más tarde llega la hora del regreso. A la entrada al pueblo espera la imagen del Sagrado Corazón de Jesús para acompañar a la Patrona hasta el interior del templo.