El Cabildo majorero ha puesto en marcha un proyecto piloto para investigar el uso de algas marinas como compost destinado al sector agrícola y a las labores de jardinería. Para ello, se ha recolectado casi una tonelada de algas de la playa de Los Molinos, ubicada en el municipio de Puerto del Rosario, que está siendo procesada en la Granja Experimental de Pozo Negro, propiedad de la institución insular. El personal trabajador del Plan de Empleo para la Transición Ecológica (PETE) del Cabildo insular es el encargado de llevar a cabo este estudio.

Después de un proceso de desarenado, desalado y secado, las algas se mezclan con restos vegetales, poda y un porcentaje de tierra. Todo ello, en un riguroso proceso que da lugar a un compost muy rico que mejora la consistencia del suelo y aumenta la retención del agua, apuntan sus impulsores.

Durante los primeros meses se procedió a la recolección de muestras en El Cotillo y Costa Calma, para determinar qué especies llegan a las costas majoreras. «Es importante destacar que, en el proceso de recogida de algas, se separaron los sedimentos para ser devueltos al mismo lugar y evitar el impacto en la playa», apuntan fuentes del proyecto.

Asimismo, se ha trabajado en una labor de documentación y búsqueda de información científica sobre el proceso de compostaje de algas y sus parámetros más importantes. El proyecto sigue al cien por cien el concepto de economía circular, utilizándose para la realización de este trabajo materiales reciclados o reutilizados.

Los especialistas han descubierto que las algas y sus derivados mejoran el suelo y vigorizan las plantas, incrementando los rendimientos y la calidad de las cosechas. El objetivo de este estudio persigue que la implantación de las algas marinas en la agricultura, podría en un futuro sustituir el uso de los productos químicos de síntesis por orgánicos, favoreciendo así una agricultura sostenible. Las algas tienen mejores propiedades que los fertilizantes porque liberan mas lentamente el nitrógeno, y ademas son ricas en micro elementos y no generan semillas de malezas.

El Plan de Empleo para la Transición Ecológica (PETE) es impulsado por la Consejería de Empleo, que dirige Lola García, dando trabajo a 40 personas desempleadas que desarrollan labores para la regeneración del medio natural, la lucha contra la desertificación y la sensibilización y concienciación.

El PETE cuenta con una inversión de 900.000 euros financiados por el Servicio Canario de Empleo (SCE), el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), el Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan) y el Cabildo.

Desertificación

Un grupo de personas desempleadas continúa desarrollando labores de regeneración del medio natural y lucha contra la desertificación, gracias al PETE. La Consejería insular de Empleo, que dirige Lola García, puso en marcha esta iniciativa con el objetivo de hacer frente a los efectos del cambio climático, como la erosión y pérdida del suelo.

De este modo, un grupo de operarios desarrollan labores de restauración de muros de piedra en Vallebrón, que se suman a las ya realizados en cadenas y muros en Guisguey y Tiscamanita.

Con estas tareas de restauración y de mejora, no solamente se evita la pérdida de suelo y los efectos de la erosión, sino que también se embellecen elementos tradicionales del paisaje rural de la isla de Fuerteventura.