El partido de categoría benjamín entre Maspalomas y San Juan, del grupo II de la Preferente, no llegó a terminar por agresiones en el campo entre jugadores y entre espectadores en la grada, incidentes en los que se personó la Policía Nacional.

El partido lo arbitró Alexander Ravelo Santana, de Tercera División, que decretó la suspensión a falta de tres minutos para el final con 2-2 en el marcador. El árbitro rehusó a realizar declaraciones sobre lo ocurrido ya que debía realizar un anexo al acta y hoy tenía previsto entregarlo en el Comité de Árbitros de Las Palmas.

El partido estuvo caldeado. Hubo insultos al árbitro y a poco para el final una pelea entre jugadores, con intervención de los entrenadores para separarlos, derivó en tres expulsiones, un jugador del Maspalomas y dos del San Juan. Además hubo cinco tarjetas amarillas, algo muy inusual en esta categoría.

Al tiempo hubo incidentes en la grada y al parecer una agresión a un seguidor del Maspalomas. La Policía se personó y tomó nota de lo ocurrido, aunque después todo se calmó salvo los nervios de los que sufrieron este lamentable episodio en un partido de benjamines, entre ellos los jugadores.

Ayoze Ramírez, técnico del San Juan y que fue expulsado a poco de empezar el partido, culpa de lo ocurrido al árbitro por su "actitud despótica", y que incluso llegó a empujar a dos jugadores de su equipo.

Román Valladares, del Maspalomas, opina que el partido tuvo excesiva tensión por el comportamiento de algunos padres que llegaron a insultar a un árbitro por no estar de acuerdo con sus decisiones.