El fuego acabó finalmente con 401 años de pino histórico. El pino de Pilancones sucumbió el miércoles, tocado de muerte como quedó tras los incendios del pasado verano.

Según Ben Magec-Ecologistas en Acción, el árbol quedó dañado por la hoguera que realizaron en su base unos jóvenes, a lo que se unió el efecto de los incendios de este verano.

Los ecologistas mostraron su "tristeza" por la desaparición de esta "fortaleza viviente", considerada un símbolo emblemático de Gran Canaria.

El Pino de Pilancones tenía una edad estimada de 401 años. Este Pinus canariensis se levantaba en la zona de la cumbre de San Bartolomé de Tirajana, medía 50 metros de altura y su tronco tenía un perímetro de 5,25 metros. El diámetro de su copa era de 15 metros, no tenía ningún tipo de protección y su singularidad residía tanto en sus dimensiones como en su historia.

El concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, David Delgado, se trasladó hoy a Pilancones de Ayagaures de tras conocer la noticia de la caía del emblemático Pino, y expresó su deseo de que sus restos puedan conservarse en su entorno original como un monumento.

El edil recordó que el árbol, de más de 400 de antigüedad y 50 metros de altura, quedó muy debilitado tras verse afectado por el incendio del pasado mes de julio, sufriendo daños que se añadieron a los ya sufridos durante otros incendios en 1994 y 1997.

Delgado aseguró que los Servicios de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias y del Cabildo habían llevado a cabo gestiones para proteger el árbol, pero ya habían advertido en sus informes de que su delicada situación hacía difícil su recuperación.

El edil explicó que ha mantenido contactos con los responsables del área de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria y que, aunque el pino está biológicamente muerto, se está estudiando la posibilidad de apuntalarlo y conservarlo en su entorno natural a modo de monumento que permita mantener en Pilancones este emblema natural de la Isla.