Su pasión por los caballos la heredó de su padre, Víctor Sánchez; no en vano fue éste quien le regaló su primer potro, Copito, cuando contaba nueve años. Hasta entonces nada hacía presagiar que Emeterio Sánchez, con 32 años, se convertiría en un reconocido domador de caballos de la isla. ¶

En la actualidad son muchos los expertos que cuentan con su arte para domar a los caballos para luego participar en exhibiciones. En la cuadra en donde trabaja en la villa de Agüimes opera con doce caballos cada tarde. Emeterio comenzó siendo un apasionado de las carreras de caballos, así que después de formarse en la Escuela Club Hípico Luanfra en el barrio de Las Huesas, en Telde, participó en varias carreras quedando en 1989 campeón de Canarias. Sin embargo, ahora su ilusión es la doma de caballos y para ello trabaja con estos dóciles animalitos en la cuadra ubicada en Agüimes casco.¶

"A mí me gusta todo lo relacionado con el caballo; en la cuadra ahora mismo tengo doce, unos propios y otros particulares a los cuales domo y entreno cada día. Es un trabajo complicado, pero a la vez es una tarea apasionante. Dedico cuatro horas diarias a enseñarles a hacer una elevada, un paso español un piafé, todo dentro de la doma y también para exhibicionismo", comenta Emeterio.¶

Hace una demostración con ´Kálibe´, uno de sus caballos más preciados. De un gris intenso, el animal obedece a Emeterio de forma magistral. Tiene siete años y sólo le falta enseñarle a bailar, se mueve con soltura en la cuadra de más de 2.000 metros cuadrados. "Ha ido a concursos de doma vaquera, de morfología y funcionalidad. Para domar a un caballo se necesitan más o menos seis meses y depende del caballo, ya que a muchos les cuesta, pero al final me hago con ellos. Mi ilusión es dedicarme a esto toda la vida. Por el momento los clientes que me traen a sus caballos se quedan satisfechos con mi trabajo. El secreto está en mimarlos un poco. El caballo es un animal muy listo".¶

El don que posee Emeterio con los caballos no le ha venido del cielo, son muchos los viajes que ha realizado a la Península y también son sus contactos con profesionales de los caballos los que le han valido un nombre en esta profesión. "Yo empecé poco a poco, primero cogí sólo dos caballos para probar, y mira ahora todos los que tengo, a pesar del esfuerzo y tiempo que les dedico estoy muy contento, ya que la gente confía en mí. Ahora mismo tengo caballos de Valsequillo y de gente de fuera que se ha interesado", añade el domador.¶

Y es que la devoción por este elegante animal en el municipio de Agüimes se hace notar, se trata de uno de los municipios que poseen más caballos de la isla. Unos 200 hay en la actualidad repartidos en cuadras y algunos particulares. "La naturaleza y paisaje de este municipio se presta a esto. Mi padre en el Cruce de Arinaga tiene varios y mis dos hermanas montan a caballo desde siempre".¶

Desde hace varias semanas, Emeterio cuenta con un ayudante, Gregorio Bordón, quien con apenas catorce años monta el caballo como si lo hubiese hecho toda su vida. "Yo le estoy enseñando a montar y algo de doma y la verdad es que me ayuda mucho con los caballos".¶

Para Emeterio lo más reconfortante es que un caballo entre en su cuadra sin saber hacer prácticamente nada, "lo que nosotros llamamos muy sereno, y salga haciendo muchas cosas, que sepa exhibirse, que anime, que se luzca. En esos momentos me doy cuenta que no me he confundido de profesión".¶

El joven ha sabido compaginar su afición convertida en trabajo con su vida familiar ya que su pareja Vanesa adora montar a caballo. "Es que se trata de unos animales muy nobles. Mi ilusión ahora es poder dedicarme a esto siempre, cuando estoy domando a los caballos se me va el tiempo en nada y eso que estoy toda la tarde, a veces se me hace de noche y no me entero. Yo me quedo con el comportamiento de estos animales que entran en mi cuadra con una actitud y salen con otra muy distinta. Aunque es un trabajo duro yo disfruto mucho".